Me encontré en la vida con … general Óscar Botero Restrepo

Exministro de Defensa Nacional, exitoso militar y eximio ciudadano nacido en Armenia el 11 de mayo de 1933 y fallecido el 14 de marzo de 1997 en Miami, Florida, Estados Unidos, sus padres Jaime Botero Isaza, ingeniero civil, y Feliza Restrepo, oriundos de Sonsón- Antioquia-, en dicho hogar nacieron dos hijos: Judith y Óscar.

Cursó sus estudios básicos en el colegio de los Hermanos Maristas en Bogotá, pero desde cuarto de bachillerato ingresó a la Escuela Militar de Cadetes, el 29 de enero de 1948 y se graduó con honores como subteniente en diciembre de 1953, ocupando el primer puesto en su promoción y primer puesto en el curso de Lancero 03, curso general Carlos Soublette, de acuerdo con el decreto 3208 de diciembre 9 de 1953. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad La Gran Colombia de Bogotá, pero, por necesidades del servicio, no logró terminar, no obstante, la UGC le otorgó el título Honoris Causa en Derecho, posteriormente. Además de los cursos reglamentarios para los ascensos superiores, adelantó los de lancero, Alta Gerencia en la Escuela Superior de Administración Pública y de presidentes de empresa en la Universidad de los Andes.

Contrajo matrimonio con la distinguida dama Lucía Restrepo Mejía nacida en Cartago, pero con nexos familiares en Armenia, tres hijos: Francisco Javier, oficial militar hasta el grado de capitán, administrador de empresas de la Universidad Javeriana, tres hijos; Juan Guillermo y Óscar Jaime, fallecidos a temprana edad.


Carrera militar esplendorosa

Ingresó a la planta de la Escuela de Artillería, pero pronto fue enviado como oficial a la Escuela de Oficiales José María Córdova, a donde fue destinado en varias oportunidades; con el grado de capitán fue trasladado al Batallón San Mateo de Pereira y en 1960 enviado a los Estados Unidos con el fin de cumplir una misión de estudios en Estrategia Militar y Avanzada en Policía Militar.

Con el grado de mayor volvió al Batallón San Mateo, fue trasladado a la Sexta Brigada de Ibagué y al Batallón Charry Solano de Bogotá, especializado en inteligencia militar.

En 1970 fue ascendido a teniente coronel, una vez realizó el curso respectivo, con este grado fue nombrado comandante del Batallón de inteligencia Charry Solano y comandante del departamento D-2 del comando general del Ejército.

En 1971 fue comisionado a Londres con el fin de realizar un curso especial de inteligencia militar.

 

Jefe de la Casa Militar del Palacio de Nariño

El presidente Misael Pastrana Borrero lo designó en este importante cargo que desempeñó con lujo de competencia de 1972 a 1974 y al finalizar su mandato, ordenó su traslado a España como agregado militar, naval y aéreo, misión que desempeñó hasta 1976, regresando al comando del departamento D- 2 del Ejército Colombiano.


Octava Brigada en Armenia

De 1977 hasta 1978 fue designado comandante de la Octava Brigada de Armenia, siendo gobernadora del Quindío, la recordada dirigente Lucelly García de Montoya, mandataria desde mayo 21 de 1976 hasta el 21 de agosto de 1978.

En 1979 fue llamado a curso en Altos Estudios Militares en la Escuela Superior de Guerra y el 5 de diciembre de ese año fue ascendido al grado de brigadier general.

Como general de la República, fue designado jefe del departamento D- 2, Estado Mayor Conjunto del Comando General de las Fuerzas Militares.

 

Por segunda vez, jefe de la Casa Militar de Palacio

Con la llegada al poder del presidente Belisario Betancur Cuartas en 1982, el general Botero volvió a la Casa de Nariño hasta diciembre de 1983; el 5 de diciembre de 1983 fue ascendido a mayor general, trasladado a la comandancia de la V División del Ejército con sede Bogotá, y un poco más tarde, director de instrucción y entrenamiento del Ejército.

En 1984 fue designado inspector general del Ejército, tarea que desempeñó con lujo de detalles durante año y medio.

En 1985, siendo el general Rafael Samudio Molina comandante general del Ejército, el general Botero fue designado segundo comandante y el 14 de agosto de 1986, fue ascendido a comandante general del Ejército colombiano, cargo que ocupó hasta el 23 de noviembre de 1988. Fue ascendido al grado de general de la República el 5 de diciembre de 1987.

 

Comandante general de las Fuerzas Militares

De noviembre de 1988 hasta 1989 ocupó el alto cargo de comandante general, siendo presidente Virgilio Barco Vargas.

 

Ministro de Defensa Nacional

El presidente Barco lo nombró el 6 de julio de 1989 ministro de Defensa Nacional, por medio del decreto número 1568, cargo que ocupó hasta agosto de 1991, en razón a que fue confirmado por el presidente César Gaviria Trujillo, quién sucedió al ilustre cucuteño, una de las épocas más difíciles de las últimas décadas en la historia colombiana y que Botero supo sortear con el apoyo uniforme de las fuerzas militares y de policía; debe recordarse que en este periodo se dio de baja a Rodríguez Gacha y el país se vio sacudido por el asesinato de varios importantes dirigentes políticos. Al general Botero lo sucedió Rafael Pardo Rueda, el primer civil al frente del ministerio de defensa.

 

Embajador plenipotenciario

Después de su retiro del servicio activo, fue nombrado por el gobierno nacional, embajador extraordinario y plenipotenciario ante el gobierno de Portugal.

 

Condecoraciones

Por su brillante carrera al servicio de la patria durante 38 años, le fueron otorgadas numerosas condecoraciones y reconocimientos del Estado, los gobiernos, entidades públicas, cívicas e instituciones públicas, entre ellas debo mencionar: la Gran Cruz de Boyacá en todos los grados, la Orden de San Carlos; la Orden José María Córdova, Gran Cruz; Medalla Mariscal de Ayacucho; Orden Antonio Nariño hasta el grado de Gran Cruz; Francisco José de Caldas; Medalla al Esfuerzo; Orden Civil al Mérito Ciudad de Bogotá; Orden del Congreso de Colombia, en el grado de Comendador; Cordón de los Fundadores otorgado por la alcaldía de Armenia en 1989.

Desde el inicio de su fulgurante carrera militar, Botero Restrepo hizo gala de su inmensa condición humana, de su talento e inteligencia puesta al servicio de los altos intereses de la patria; brillante y disciplinado, recorrió peldaño tras peldaño la exigente carrera de las armas de la República, un soldado siempre dispuesto a servir con altruismo y entrega decidida, un ciudadano de condiciones morales en el buen propósito de atender los llamados de la madre patria. Orgullo de nuestra tierra, consagró todos los días de su vida, a la defensa insomne de la paz nacional, como un militar dispuesto a todos los sacrificios y a librar las luchas necesarias, como en efecto las libró, desde alférez de la escuela José María Córdova hasta la más encumbrada dirección castrense.

Con la valiosa colaboración de su hijo Francisco -capitán de la reserva- y distinguido profesional, del académico y capitán César Castaño, del escritor Jaime Botero, de la distinguida amiga Clara Luz Jaramillo de Botero, ha sido grato mostrar a los apreciados lectores y a las nuevas generaciones, las ricas facetas de la vida y la obra de un gran colombiano, de un ser humano que entregó su existencia al servicio de las mejores causas del país, de un militar consagrado que vivió en función de la causa superior de la patria, ejemplo preclaro de hidalguía y pundonor; la vida de un militar de carrera cuya trayectoria brillante enaltece con orgullo a la región y a la nación entera. ¡La memoria de un soldado glorioso de Colombia!

 

Gabriel Echeverri González

Académico de Número 1  /  Academia de Historia del Quindío

Publicar un comentario

0 Comentarios