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En
diferentes ocasiones nos hemos referido a la influencia determinante de la
clase dirigente del departamento de Caldas en nuestra vida administrativa, y en
especial en aquel el tiempo en que los quindianos y los risaraldenses habíamos
iniciado los hechos que culminaron con la autonomía de estas dos comarcas separadas
de Caldas.
Para
efectos del presente texto, encaminado a examinar dicho predominio caldense, lo
hemos reducido al inventario de las personas que ocuparon Ministerios en la
década de 1950-1970 porque en esa veintena de años se hicieron los mayores
esfuerzos cívicos de las comunidades quindianas para conseguir la autonomía de
la que hoy gozamos al mismo tiempo que la clase dirigente caldense cultivaba un
ascendiente notorio en Bogotá.
La
reciente celebración de los cincuenta años de fundación del Quindío hace
propicio el momento para reiterar nuestra hipótesis de que la independencia
regional se venía reclamando desde las primeras décadas del siglo XX, pero
solamente fructificó con la creación formal de las juntas municipales y
departamentales que abogaban por la segregación de Caldas en la década del año
50-60.
Estos
reiterados reclamos venían ocasionados por el centralismo caldense que ignoraba
a sus dos regiones adyacentes, Quindío y Risaralda, no solamente en materia presupuestal
sino también en la subestimación de los talentos regionales que anhelaban su
ascenso social y político, pero se sentían rechazados con frecuencia por la concentración
manizaleña[1].
Un
breve resumen de estas luchas autonomistas del Quindío tiene antecedentes en
los conatos de 1906 y 1911; los debates de Valentín Macías y Eduardo Puerta en
1923; la rebelión de armenios y calarqueños en 1920 contra los controles de los
guardas de renta al contrabando de tabaco (que ayudaba a las economías locales
pero perjudicaba las rentas departamentales); la convención de municipios en
Filandia, incluido Pereira, en 1928; la asamblea del teatro Bolívar en 1949; la
asamblea del teatro Apolo en 1951; la asamblea del Club América en 1954 (marzo)
que rechazó las presiones del alcalde militar de Armenia (coronel Cote); la
asamblea de 1957 en el Teatro Yanuba (octubre); el primer proyecto de ley
presentado en 1958 (descalificado por ausentismo parlamentario); y el proyecto
de ley de 1965 que fuera el antecedente final de la ley 2 de 1966, forjadora del nuevo Departamento.
2
Un
artículo reciente del historiador Vicente Fernán Arango Estrada denominado Ministros Manizaleños y Caldenses a través de
la Historia[2] viene en nuestra
ayuda para ayudarnos a esclarecer la suposición de que la querella autonomista
del Quindío y de Risaralda se hizo a contrapelo de la clase dirigente de Caldas
que venía ocupando importantes posiciones en los diferentes gobiernos de
Colombia en las dos décadas mencionadas.
La
relación que hace el historiador manizaleño abarca todas las épocas, desde 1900
cuando el Presidente Marroquín designó como Ministro del Tesoro al general
Alejandro Gutiérrez, pero en particular desde la creación del Departamento de
Caldas en 1905. La original encuesta contiene un numero de 71 personas
caldenses, de diferente filiación política y formación profesional, que han
ocupado alguno de los Ministerios colombianos en más de cien años.
Son
34 manizaleños de nacimiento, 5 en adopción y 32 ministros caldenses (del
llamado Viejo Caldas, 1905-1967) enumerados en riguroso orden alfabético en el
ensayo en cuestión de Arango Estrada. Los ministros del periodo 1950/1970,
periodo que elegimos para el presente escrito (ver lista abajo), fueron 17
durante la época en que los principales y más definitivos conatos separatistas del
Quindío estaban en auge.
Destacando
la importancia del cargo de Ministro (como prestador de un servicio público a
la comunidad) y de sus funciones (que suelen cambiar en el periodo señalado), recordemos
que este alto funcionario del Estado colombiano es, junto al Presidente de la
República, uno de los principales servidores de la rama ejecutiva y su
ascendiente es rotundo en todas las decisiones relacionadas con la asignación
de los recursos públicos. En consideración a lo anterior (y no sobra repetirlo
demasiado) hemos sostenido que la lucha quindiana para volvernos Departamento
debió superar la influencia a nivel nacional de los Ministros caldenses que
ocuparon ese cargo durante los años 1950-70, cuya lista es la siguiente:
Cuadro 1: Ministros
caldenses y manizaleños (1950-1970)
Año
|
Nombre (Orden alfabético)
|
Cargo
|
1968
|
Agudelo
Ríos, John
|
Mintrabajo
|
1950/51/57
|
Álvarez
Restrepo, Antonio
|
Mineducacion,
Minhacienda
|
1962
|
Alzate
Avendaño, Gilberto
|
Minfomento
|
1959
|
Arango
Londoño, Gilberto
|
Minagricultura
|
1965
|
Granada
Mejía, Luis
|
Mincomunicaciones
|
1958
|
Gutiérrez
Arango, Ernesto
|
Minsalud
(no aceptó)
|
1950/1969
|
Henao
Henao, Daniel
|
Mineducacion,
Minrrelaciones (E)
|
1953/55
|
Henao
Mejía, Bernardo
|
Minsalud
|
1951
|
Jaramillo
Arango, Pablo
|
Mingobierno
(E)
|
1954/1963
|
Jaramillo
Arrubla, Castor
|
Mintrabajo,
Minrrelaciones
|
1949/1950
|
Jaramillo
Ocampo, Hernán
|
Minhacienda,
Minminas (E)
|
1962/63/68
|
Londoño
Londoño, Fernando
|
Minrrelaciones,
Mingobierno
|
1958/59
|
Londoño
Peláez, Ramón
|
Minsalud
|
1956/57
|
Márquez
Villegas, Carlos
|
Minsalud
|
1959
|
Morales
Benítez, Otto
|
Mintrabajo
|
1960/61
|
Ocampo
Londoño, Alfonso
|
Minfomento
|
1957
|
Salazar
Mejía, Jorge
|
Minagricultura,
Minhacienda (E)
|
En
la primera parte del siglo XX hubo, dice el autor, “un ascenso político muy
marcado de Antioquia y los departamentos del eje cafetero (Caldas, Risaralda y
Quindío) a la vida política nacional; ello se reflejó en la elección de presidentes
de esa zona del país (v.g., Carlos E. Restrepo, Marco Fidel Suarez, Pedro Nel
Ospina, Mariano Ospina Pérez) y en el alto porcentaje de Ministros de esta
parte del país y su preponderancia en el Ministerio de Hacienda”[3].
Entre
el año 1900 y el año 2000, según un estudio del Centro de Estudios Económicos
Regionales (CEER, Cartagena, abril 2012, citado por el autor), y contabilizado por
su región de origen, se especifica lo siguiente: “Caldas, con 38 Ministros,
participa del 5,4 por ciento del total nacional, el Quindío; con 6 miembros,
participa del 0,9 por ciento; y Risaralda con 6 Ministros participa con el 0,9
por ciento”[4].
Mejor dicho, “Caldas en términos per cápita ha tenido el doble de Ministros si
se lo compara con el país en su conjunto”.
3
Cabe
anotar que la mayoría de los 17 Ministros caldenses mostrados en el Cuadro 1 en
el periodo anunciado de veinte años, pertenecen al partido conservador y quedan
pocos representantes del liberalismo. Este hecho parece conducir de nuevo a la
afirmación que trazamos en otro escrito: hubo en Caldas una pléyade de estudiosos
(periodistas, poetas, cronistas) que dominaron el panorama intelectual del
departamento, incluyendo las porciones del Quindío y Risaralda, con destacada jerarquía
como personajes elocuentes y retóricos que produjeron, por la originalidad de
sus escritos, una categoría que los andinos empezaron a nombrar, de algún modo paródico,
como los “grecoquimbayas” y luego los “grecocaldenses”[5].
La
descripción anterior fue también la razón por la cual hablamos de un
“conservatismo ilustrado” para designar esa corriente de intelectuales que
vieron crecer a su departamento, pero fueron incapaces de evitar su
fraccionamiento. Dentro de ese grupo se registran los políticos caldenses
(Alzate Avendaño, Londoño Londoño, Silvio Villegas, Gutiérrez Arango) pero
también un grupo de empresarios (Manuel Mejía, Gómez Jaramillo, Botero de los
Ríos y otros) que fueron vistos como representantes de ese talante caldense
–medio literario, medio comerciante— que reveló ante el país el perfil culto de
los caldenses.
Muchos
de ellos fueron herederos del liderazgo intelectual de Aquilino Villegas
(Manizales 1880- Bogotá 1940) un escritor y periodista que en la práctica sentó
las bases de toda una generación, incluida la de los llamados azucenos [6], unos industriales y políticos locales que vieron el horizonte de
la industrialización de la región con ojos más ecuménicos que locales. Pero es
menester incorporar en estos grupos a otras personas afines a los caldenses que
contribuyeron a esa imagen de personajes con influencia, como Daniel Henao,
Otto Morales, Augusto Ramírez Moreno y Antonio Álvarez Restrepo, entre otros.
4
No
nos interesa por ahora intentar una definición del intelectual en el sentido
como lo veía Paul Johnson —como un fenómeno propio del siglo XVII cuando los
pensadores seculares tomaron el lugar de los escribas y los sacerdotes, y mucho
menos como “un sirviente de los dioses”—, sino como un observador que penetra
la trama histórica de un determinado momento para ayudar a transformarlo[7]. La calificación de los
intelectuales (que nos entraría en el intenso debate de Sartre con Camus)
alude, en este caso, a la influencia que unos letrados ejercen en los medios de
comunicación, o mediante relaciones interpersonales, para convocar un grupo de
ventajas en torno a los intereses de una región establecida.
En
resumidas cuentas, las anteriores consideraciones son una prueba de que los
intereses caldenses dentro del poder ejecutivo durante veinte años predominaron
en favor de Manizales y su Departamento, en detrimento de las regiones vecinas,
en especial el Quindío, que se hicieron adultas poco a poco en su causa por una
segregación que encontró en aquel predominio excluyente una de las razones legítimas
para aspirar a la autonomía territorial merecida hasta la fecha.
Por:
Jaime Lopera Gutiérrez.
Miembro de Número de la Academia de Historia del
Quindío.
Armenia,
25 de noviembre de 2016
[1] Por ejemplo, en 1946 se notó la animadversión contra esta región por
parte del gobernador José Jaramillo Montoya: un diputado quindiano solicito la
departamentalización del Colegio Rufino José Cuervo de Armenia mediante una
ordenanza que se presentó en aquella legislatura. La iniciativa fue vetada por
Jaramillo Montoya. No obstante, y dado que ese veto amenazaba con convertirse
en un problema de orden público, la Gobernación decidió aprobarla a las
carreras durante la segunda vuelta del proyecto.
[2] Arango
Estrada, Vicente Fernán. Ministros
Manizaleños y Caldenses a través de la Historia. Revista Impronta, órgano
de la Academia Caldense de Historia. Edición 14, volumen 3, año 14, Manizales,
2016; páginas 201 y ss.
[3]
Arango Estrada, Vicente Fernán. Op. cit., página 228.
[4]
Arango Estrada, Vicente Fernán. Op. cit., página 229. Tomando como base el
censo poblacional de 1993, Caldas se ubica en el primer puesto de Ministros con
un índice de 193,7 por ciento; Quindío con el 65,1 por ciento y Risaralda con
el 38 por ciento.
[5]
Con mucha gracia, el historiador pereirano Alfredo
Cardona Tobón decía: “Los manizaleños se han sentido de mejor familia que los
de Medellín y el resto del territorio paisa porque son más blancos, fueron más
ilustrados y más cosmopolitas; mientras Carrasquilla escribía “montañeradas”,
en Manizales hablaban de Francia y de la antigua Grecia”. Correspondencia
personal.
[6]
Cabe anotar estos otros datos: el brillante y competente caldense Gonzalo
Restrepo Gutiérrez fue doce veces Ministro entre 1936 y 1944 durante el régimen
liberal; Luis Granada Mejía, opositor al departamento del Quindío, fue el
primer Ministro quindiano en 1965; Bernardo Henao Mejía, Ministro de Salud en
1953, al parecer era armenio; y el Ministro Castor Jaramillo era de Salento
cuando aún éramos Caldas.
[7]
Johnson, Paul. Intelectuales. Javier
Vergara Editor, Buenos Aires, 2000.
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