Presentación.
En
el actual momento histórico, la ciudad-región (Armenia, Quindío) se encuentra
en trance de definir un futuro que deberá perfilar su propia identidad
socioeconómica para las próximas décadas, y así pasar definitivamente de ser un
mediano centro de intercambio agroindustrial y de servicios turísticos a la
transformación de su propia base productiva y económica.
Ahora,
cuando ya se han definido las ventajas de su incomparable posición
geoestratégica y el gobierno nacional ha centrado su atención en un amplio
programa de infraestructura vial y de conexión con el mundo del comercio
global, con su Plan Maestro Integral de Transporte (PMIT),
en orden de abreviar tiempo y costos de la movilización de mercancías, se puede
decir que nos ha llegado el momento histórico. Además, ya se han hecho notables
esfuerzos por parte de universidades oficiales y privadas y de oficinas
gubernamentales para insertarnos en el circuito eficiente de la revolución
tecnológica que forman internet, la tecnología de la nube, la telefonía
digital, el teletrabajo y el universo virtual que nos abre el camino para
llegar a la construcción de ciudades inteligentes, a la robótica, a las
impresoras de alta tecnología y a los nuevos almacenamientos de energía.
Se
presentan las más formidables oportunidades para la ciudad y la región, como
son las derivadas de su conversión definitiva en centro estratégico nacional de
comercio y de comunicaciones y de un relanzamiento económico, una vez se
concluya la doble calzada Bogotá – Buenaventura (incluido el túnel de La Línea)
y, en consecuencia, aprovechemos, con visión de futuro, la casi única
oportunidad histórica de penetrar con grandes ventajas en la nueva era de la
revolución postindustrial. En efecto, cuando se materialicen la utilización
efectiva del puerto trimodal (ferrocarril, carretera, vía aérea), el pleno funcionamiento
de la zona franca de servicios múltiples y trámites aduaneros, y los valores
agregados de Armenia como ciudad acogedora y
punto nodal estratégico en el concierto de la Nación (en relación con el eje
Bogotá - Medellín - Cali), aflorarán nuevas dinámicas urbanas.
Estas
conllevarán a nuevas alternativas frente al desempleo, al repoblamiento
(llegada) de flujos de migrantes calificados, a una notable cualificación de la
oferta turística, a altos niveles de construcción de vivienda y de desarrollo urbano
en la periferia (que ya presenta importantes cifras solamente superadas por
Bogotá y Bucaramanga), y ¿por qué no? a la posibilidad de ofertar a la nuestra
como una ciudad universitaria y de servicios (médicos, turísticos,
tecnológicos, habitacionales), a partir de una puesta de acuerdo entre
gobernantes y dirigencia civil para impulsar una nueva infraestructura
educativa y utilizar sus recursos en favor del desarrollo regional. Si la
revolución que vivimos hoy es la del conocimiento, entonces son las
instituciones científicas
y educativas las llamadas a comandarla.
Las
nuevas opciones que determinarán un relanzamiento de nuestro destino histórico
son de orden natural algunas de ellas, otras pueden verse como circunstanciales
e imprevistas, y las más aparecen como producto del esfuerzo de los quindianos
por lograr su propia identidad a
través del tiempo. Es decir, provienen de la propia dinámica histórica, del
“vigor motriz” y de las fuerzas sedimentarias del pasado que, según Fernand
Braudel, enriquecen las potencialidades sociales y que los gobernantes visionarios
—cuando los hay— aprovechan y adecúan a su propia actuación creativa, al
resintetizarlas y utilizarlas en beneficio del desarrollo histórico.
Identifiquemos estas opciones en los siguientes términos: potencialidad
geoestratégica y naturaleza exuberante, ciudad-región ecoturística, ciudad
intermedia de servicios, ciudad habitacional, ciudad-región
de agroindustria optimizada y ciudad universitaria. A continuación nos
referimos a cada uno de estos aspectos en algunas de sus particularidades.
En
el curso de nuestro trabajo, nos referimos primero a lo que es la ciudad
contemporánea observada en el marco de la globalización, tanto como en su
constitución fenomenológica y en lo que representa el actual paisaje urbano (ciberespacio).
A continuación nos referimos al ciudadano y a sus posibilidades de acción,
especialmente a sus opciones creativas
y de desarrollo en el mundo actual de la intercomunicación. Luego hacemos un
rastreo de lo que ha sido y es la ciudad intermedia de hoy y lo que son las urbes
colombianas de actualidad que pueden agruparse en esta categoría. Finalmente,
nos referimos a la ciudad de Armenia en su proyección hacia el futuro, a partir
de lo que podemos llamar una lógica proyectiva de la ciudad, tan necesaria de
discernir racionalmente, habida cuenta de la notable dinámica urbana de su
tiempo presente.
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