Historiador,
escritor, intelectual de gran valía, restaurador, nació en Calarcá el 24 de
septiembre de 1945, sus padres José Joaquín y Lilia, en
total seis hermanos: Isabel Cristina, Marta Lucía, Amparo, María Victoria,
Jorge Hernán y Carlos Alberto.
Cursó sus
estudios primarios en el colegio San José de las Monjas Vicentinas en
Calarcá; quedó huérfano de madre a los 12 años, hecho
doloroso de su vida que lo llevó a cursar estudios en Armenia, colegio San José
y Bogotá colegio Virrey Solís, colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, y
graduarse finalmente de bachiller en 1965 en el San José de Armenia. En su formación adolescente fue decisiva su
tía Ana Lucía Buitrago de Vélez y su esposo Tomás Vélez Marulanda.
Esa infancia comarcana le recuerda su
paso inolvidable por la Cruz Roja Juvenil de Calarcá bajo la égida de la
directora de la época Lucy Betancourt de Palacio, el recordado Padre Gabriel
Arias Posada, en compañía, desde
luego, de su amigo de toda la vida Jorge Hernán Velásquez Restrepo.
En 1967 entró a la facultad de Psicología de la universidad Javeriana, estudios que continuó en la universidad de La Sabana y que finalmente no concluyó.
En 1967 entró a la facultad de Psicología de la universidad Javeriana, estudios que continuó en la universidad de La Sabana y que finalmente no concluyó.
Ingresó a la facultad de Filosofía y
Letras de la Javeriana con especialización en Historia, graduándose con honores
en 1973; en la facultad de Estudios Interdisciplinarios de la misma
universidad, hizo su maestría en
Estudios Políticos, de 1974 a 1976,
con profesores como Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara Bonilla, Carlos Lemos
Simmonds y otros dirigentes y
profesores de alto nivel y los alumnos, buena parte de la clase política.
Gracias a su calidad académica fue
nombrado profesor en su Alma Mater de las siguientes asignaturas:
1) Cultura Colombiana, cátedra compartida
con el eminente historiador Francisco Gil Tovar, encargado de la parte
relacionada con el arte y Álvaro Chaves de arqueología colombiana y americana.
2) Historia general de Colombia, Siglo XIX
colombiano y arqueología y etnología colombiana (Prehistoria).
3) En la universidad Libre: Humanidades I
y II, curso para ingenieros que dictó varios años.
4) En la universidad Nacional de Colombia
enseñó durante varios semestres seminarios de psicología de la personalidad y
nociones de psicopatología.
5) En la misma Nacional fue profesor
interino en la facultad de Ciencias Humanas, dirigiendo la asignatura Historia
de América, en reemplazo del conocido historiador Hermes Tovar Pinzón, mientras
Tovar realizaba su doctorado en París, en 1980, así mismo Mora dictó cursos de
extensión sobre Filosofía en el Departamento de Trabajo Social de la misma
universidad.
6) En la universidad de Bogotá Jorge Tadeo
Lozano impartió por años la cátedra de Humanidades.
7) Mora Buitrago ejerció la docencia en el
colegio Carmelo de Bogotá, una experiencia con estudiantes nocturnos que le
permitió conocer más a fondo la Bogotá profunda, sus personajes y sus
problemas.
Su acendrada vocación docente y su formación exquisita le permitió a Carlos Alberto publicar los siguientes volúmenes: Historia de Colombia (Introducción a la Historia Social y Económica de Colombia), en asocio de la estudiosa Margarita Peña, en 1982 editado por Norma, como texto escolar; de igual manera, en 1983, el maravilloso trabajo investigativo Historia Social y Económica de Colombia, con Margarita Peña y numerosas ediciones de Norma hasta 2002; valioso libro que he tenido la oportunidad de mirar y que conserva actualidad y vigencia, por la magnitud de la investigación y el manejo serio y documentado de la historia nacional. La universidad Javeriana editó de su autoría: Catálogo de documentos, transcripciones Paleográficas del Archivo de Historia Nacional, en los tiempos de Don Juan de Borja. Con el sello editorial Norma publicó Prehistoria General de Colombia, texto escolar que apareció en 1990, en asocio con Diana Bonnet, Germán Mejía y Juan Carlos Eatsman; con sucesivas ediciones.
Mora ha escrito numerosos artículos, ensayos, memorias y documentos relacionados con las áreas de su preferencia.
Durante 20 años se radicó en la
hermosa ciudad boyacense donde albergó su inmensa biblioteca y además de
escribir, intensificar sus lecturas e investigaciones, continúo su labor de
restaurador de viejas casas y edificaciones, una tarea admirable que las
convertía en nuevas, gran atractivo de muchas personas que con el tiempo se fueron
a vivir a dicha ciudad. Con regularidad atendía cátedras en la UPTT,
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja. Permaneció desde 1992 en Villa
de Leyva.
Recibió fuerte influencia del notable
erudito José de Recacens, de Francisco Gil Tovar, maestro del arte en Colombia,
del historiador cubano Augusto Montenegro, Carlos Romero, profesor de Historia,
Alfonso Botero Rocha profesor, Jaime Vélez Correa, sacerdote jesuita; su larga
amistad con Jorge Orlando Melo, uno de los pilares de la Nueva Historia y la
revisión de sus borradores por parte del eminente maestro y padre de la Nueva
Historia Jaime Jaramillo Uribe; todo ello, en síntesis, lo ha convertido en un profesional apasionado por el saber y un
escolar estudioso magnífico.
Carlos Alberto Mora Buitrago ha regresado a la vieja querencia de Calarcá de sus amores, provisto de su gran sabiduría; entre sus planes inmediatos está la publicación de una Historia del Quindío, con un acervo documental inmenso que contiene las entrevistas a los viejos de la tribu en Calarcá y Armenia, la ayuda fotográfica de la artista Olga Lucía Jordán, la compañía insomne de su amigo de la infancia, Jorge Hernán Velásquez.
Carlos Alberto Mora Buitrago ha regresado a la vieja querencia de Calarcá de sus amores, provisto de su gran sabiduría; entre sus planes inmediatos está la publicación de una Historia del Quindío, con un acervo documental inmenso que contiene las entrevistas a los viejos de la tribu en Calarcá y Armenia, la ayuda fotográfica de la artista Olga Lucía Jordán, la compañía insomne de su amigo de la infancia, Jorge Hernán Velásquez.
Mora enaltece al Quindío y a la
cultura regional con su trabajo trascendente, con su ingreso a la Academia de
Historia del Quindío como miembro de Número y al Centro de Historia de Calarcá;
ya el café está helado y la tarde envejece, escucho con atención los proyectos
y las nuevas ideas de un gran quindiano, que, con su obra didáctica, enaltece los valores más caros de nuestra
sociedad.
¡Felicitaciones
Maestro!
Por: Gabriel Echeverri González.
Miembro de Número
de la Academia de Historia del Quindío.
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