En los artículos precedentes, de ésta
serie, nos hemos referido exclusivamente a lo que tradicionalmente se ha dado
en llamar El Tesoro Quimbaya, haciendo alusión a la colección Quimbaya que está
en España en el Museo de América, que son 433
piezas.
En el último artículo nos referimos al
programa de televisión Los Informantes, donde entrevistaron a dos personas muy
diferentes: el abogado Rengifo, con información muy parcial y confusa sobre el
tema de Los Quimbaya; y, la ex directora del Museo de Oro del Banco de la
República Clemencia Plazas, notable profesional y una autoridad en dicho tema.
Pues bien, la Dra. Clemencia Plazas se
refirió a la investigación que realizó por cerca de 44 museos del exterior
realizando un inventario de las obras de arte elaboradas en oro y tumbaga por
nuestros antepasados, contándonos que pueden llegar a 2.200. Si a ésta cifra le
sumamos las piezas existentes en Colombia en el Museo de Oro Quimbaya de
Armenia y Bogotá y otros museos Universidades y colecciones particulares, la
cantidad de piezas en Colombia y el exterior supera las 3.000.
Mientras acabamos de investigar y
documentar todo lo anterior, nos referiremos a lo que fueron nuestros
aborígenes, su cultura y territorio, antes de ser totalmente aniquilados por
los españoles con anterioridad al siglo XVIII.
Empezaremos por describir el territorio
que ocuparon, o sea a lo que los españoles se referían como Provincia Quimbaya,
que era parte de la Gobernación de Popayán.
Nótese en el mapa anterior la referencia a
Quinbaya (sic), con lo cual se describía el territorio ocupado por la etnia
cerca de Cartago, en medio de otras etnias como los Arma, Paucura, Pacara,
Carrapa, Pozo, que fueron sus principales vecinos, junto con los Irras,
Quinchías, Pijaos, Gorrones, Bugas y Ansermas.
En el siguiente mapa, elaborado en 1777
para el informe de Indígenas y Mestizos requerido por Francisco Moreno y
Escandón, se puede observar con las limitaciones de ese tiempo, el territorio
ocupado por La Hoya del Quindío, las estancias de los alrededores de Cartago y
los pasos iniciales de El Camino del Quindío. Nótese la ausencia de estancias
de lo que sería propiamente La Hoya del Quindío, al oriente del río La Vieja, precisamente
por la aniquilación de la población indígena y lo impenetrable que se convirtió
dicho territorio al quedar totalmente deshabitado.
En dicho mapa se leen textualmente, sin corrección de nuestra parte, las
siguientes descripciones:
1) Paso del Río delavieja para los Territorios
2) Paso del Rio delavieja para Piedra demoler
3) Camino q´vá dela Ciud para hacia demoler
4) Camino q´vá dela Ciud al Pueblo delos
Territorios
5) Pueblo delos Territorios
6)Loma alta a mes delos Paramos
7) Robles dela Partida donde se forman los dos
caminos delos Territorios y Piedra de Moler
8) El Sitio de Boquea
9) Primer Bado del Rio de Quindio
10) Segundo Bado
11) Tercer Bado del mismo Rio
12) El Río de Quindío
13) El Río dela Vieja solo
14) El Río de Cauca incorporando con el dela Vieja
y Quindío
15) El Rio dela Vieja junto a la Ciud
incorporando con el de Quindío
16) Los Nebados del Paramo
17) La Ciudad de Cartago
18) Remate del camino arriero desde el no. 17
19) Remate del camino de piedrademoler y esta en
trocha y callejón desde el no 18 en donde se estava trabajando
Nota. Con el recivo del Sup or orden del 22
de Nov se suspendio dibujando ysiguio la serie en el del no 19 en adelante
Sin excepción todos los cronistas de la
época de la Conquista y la Colonia se maravillaron por la riqueza del
territorio, pues no era solamente el oro lo que les llamaba la atención, sino
también las abundantes fuentes de sal y la inmensa cantidad de animales y
plantas que encontraron y que causaron gran admiración por su biodiversidad.
La Hoya del Quindío propiamente dicha es
el territorio comprendido desde el norte entre el río Chinchiná, anteriormente
llamado Tacurumbí en recuerdo de uno de los principales caciques de la etnia
Quimbaya y el río La Paila al sur, en el actual departamento de El Valle del
Cauca e inicio de El Cauca Medio; y, entre el río Cauca y la Cordillera de Los
Andes, hoy mal llamada Cordillera Central.
Los nativos encontrados por los españoles
en dicho territorio, a los cuales nos referiremos desde ahora como Quimbaya
Etnohistóricos, tenían una cultura diferente de aquella magnífica cultura que
tuvieron sus antepasados, los Quimbaya Arqueológicos hasta el siglo X, que fue
cuando adquirieron su máximo esplendor. Es por eso que, al referirnos a su
cultura, hablamos de El Período Temprano al referirnos a los Quimbaya
Arqueológicos; y, el Período Tardío, al referirnos a los Quimbaya
Etnohistóricos.
La Guaca de La Soledad, desenterrada a
finales de 1890, correspondió, en los elementos arqueológicos y objetos de oro
encontradas, a la época de mayor florecimiento de su cultura, o sea al período
temprano (con anterioridad al año 1.000 d.c.); y por eso es tan especial.
En el próximo artículo nos referiremos a
lo que fue la metalurgia del oro desarrollada por los indígenas americanos; y,
principalmente, a aquella desarrollada por Los Quimbaya, que fueron los mejores
orfebres de todo el Continente americano. En efecto, existieron grandes
diferencias entre las culturas americanas, al punto que en América del Norte
solo trabajaron sus indígenas la metalurgia del cobre, mientras que nuestros
indígenas fabricaron piezas de oro puro y algunas otras con aleaciones de
cobre. También existieron grandes diferencias en lo que fue su expresión
artística y lo que ella representaba.
Por: Jorge Hernán Velásquez Restrepo, Roberto
Restrepo Ramírez y Carlos Alberto Mora Buitrago.
Miembros de Número de la Academia de
Historia del Quindío.
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