Panorámica de Armenia en los años 30 |
A los armenitas del
Quindío les dicen cuyabros. El gentilicio de los nacidos en ésta, la capital
del Quindío, es el de armenita, que no armenio, armeniano o armenense. El apelativo
cuyabro es un apodo. ¿De dónde proviene uno y el otro? Voy a tratar de
discernirlo teniendo en cuenta varias fuentes que iré, igualmente, citando.
No hay nada más especulativo que el origen del
nombre de Armenia, designación que le fue dada a la hoy capital del
departamento del Quindío. La primera versión fue consignada por el periodista e
historiador Alfonso Valencia Zapata en su libro Quindío Histórico y que nos dice que el topónimo proviene de un
homenaje que los fundadores le brindaron al pueblo euroasiático conocido como
Armenia, tras la masacre sufrida en el año
1896 a cuenta
de los otomanos.
Esa versión ha sido
copiada casi por todos los escritores e historiadores locales que hacen
referencia al nombre de la ciudad, sin fijarse que la fecha no coincide.
Primero, la masacre fue espaciada entre 1894 y 1897. Segundo, la fundación de
Armenia se realizó el 14 de octubre de 1889, es decir que el ataque
indiscriminado de los otomanos contra los nacionales del país de Armenia se
protagonizó entre cinco y seis años después de la fundación de la ciudad de los
quindianos.
En esas masacres
murieron unos 300.000 naturales del país de los Urales, que se rebelaron contra el gobierno
turco-otomano, que a pesar de haber declarado la igualdad para todos los
ciudadanos, siguió excluyendo a los hijos de Armenia, cristianos ortodoxos, y
favoreciendo a los musulmanes.
También hay una
gran confusión con relación al genocidio que sufrió la nación de Armenia entre
1915 y 1923 a
manos de los Jóvenes Turcos que se hicieron al poder en un golpe de Estado y
que aprovecharon la coyuntura de la Primera Guerra Mundial para detener y
asesinar a los principales dirigentes de esa nación y luego expulsar a todo el
pueblo, al que fueron matando en asaltos programados sobre las caravanas de
emigrantes. Muchos otros murieron de física hambre en ese desplazamiento
forzado que provocaron los turcos.
Los datos más
conservadores de la historia hablan de la muerte de 1.500.000 armenios
(gentilicio de los nacidos en la nación del Cáucaso) a manos de los turcos en
este periodo. Así, la nación de Armenia protagonizó al igual que los judíos una
diáspora que los llevó a muchos países del mundo, considerándose el segundo más
importante pueblo errante del globo terráqueo.
Muchos llegaron a
América Latina, pero no a Colombia. Una importante colonia tuvo asiento en
Argentina, tanto que crearon desde allí el Consejo Nacional Armenio y el
gobierno argentino de Néstor Kirchner declaró en 2008, el 24 de abril, Día de Acción
por la tolerancia y el respeto entre los Pueblos, en conmemoración del
genocidio sufrido por el pueblo de Armenia entre 1915 y 1923.
Por esta cercanía y
por la emigración de armenios a Argentina se ha planteado también que el nombre
fue traído de esta nación latina, donde se hizo muy famoso el tema del
genocidio y el desplazamiento. Pero, como en el primer caso, las fechas tampoco
coinciden porque cuando naturales de la nación euroasiática llegaron a Buenos
Aires, ya existía la Armenia
de las montañas del Quindío.
El abogado, clérigo
e historiador Alfonso Toro Patiño argumenta que el nombre proviene como
homenaje a los muertos en la masacre de los turcos con el pueblo armenio en
1880. Pero, el periodista e historiador de esa nación, Vartan Matiossián, en un
artículo publicado recientemente bajo el título ‘El nombre de Armenia en
Colombia’, desmiente la versión de una masacre en esa fecha y cree que es sólo
una ayuda de la imaginación.
Otro argumento más
reciente es que la denominación proviene del pueblo Mantequilla, de Antioquia,
fundado en 1868, pero rebautizado con el nombre de Armenia en 1875, y de donde,
seguramente, vinieron varios colonizadores a la región del Quindío y prestaron
el nombre de su aldea natal para el nuevo lugar a fundar. Esta idea también fue
descartada porque entre los fundadores y las personas cercanas a la región,
ninguna hay que proviniera de ese pequeño caserío del antiguo Estado Soberano
de Antioquia.
En las enciclopedias y menciones a Armenia Quindío, en los periódicos
internacionales, las equivocaciones históricas son frecuentes. El periodista
Vartan Matiossián nos cuenta que el historiador Hovhannés Babesián escribió que
“en el siglo XIX fue fundada por un grupo de inmigrantes armenios, en quienes
se basaron otros historiadores, Kamsar y Aspram Avetisián, para decir que fue
fundada por ese grupo de inmigrantes y allí predominaban los extranjeros”. Gran
mentira histórica.
También comenta que, a su turno, Zaven Sabundjián, otro historiador,
partiendo del escrito de Babesián, precisó: “Fue fundada en el siglo XIX por un
grupo de inmigrantes armenios quienes, salvados de las matanzas, se
establecieron allí”. Evidentemente se refiere a las matanzas de 1894-97. Estas
dos versiones son absolutamente falsas, inventadas por escritores armenios,
desde Everán, para justificar la existencia de Armenia, Quindío.
“El semanario ‘Armenia Reporter’ de Nueva York (actualmente en Nueva
Jersey), editorializaba con motivo del terremoto de 1999 que el nombre había surgido
de comerciantes armenios que habían recorrido Sudamérica y se habían
establecido allí”. Versión también absolutamente falsa.
Don Alfonso
Valencia menciona igualmente la creación, en el siglo XIX, de la Liga Nacional de Auxilio a
Armenia. Dice que las gentes entregaban dineros para favorecer a las víctimas
de las masacres y que por tanto a través de esta promoción llegó la palabra
hasta los colonizadores. Sobre el particular, la misma fuente, el periodista
Vartan Matiossián, sostiene que en ese país jamás se ha conocido dicha liga y
si de pronto existió, el dinero nunca llegó a la comunidad afectada por la mano
de los turcos.
Una cosa sí es cierta. El nombre tiene un mismo origen. Armenia,
Quindío, como topónimo, se lo debe a Armenia, el país euroasiático cuya capital
es Everán. La cuestión está en dilucidar cómo llegó el nombre aquí, a estas
montañas, quién lo dio, quién lo trajo y por qué.
Primero, miremos el origen del nombre. La enciclopedia por Internet,
Wikipedia, dice que el nombre es una tradición que viene de Hayk, patriarca de
los armenios euroasiáticos, un tataranieto de Noé, hijo de Togarma, hijo de
Gomer o Cimerios, que a su vez era hijo de Jafet, hijo de Noé. No hay que
olvidar que es en el monte Ararat, de las montañas de Armenia, donde se dice
que está el arca de Noé.
Por esta descendencia patriarcal (que vivió en el sitio) se ha propuesto
por los creyentes cristianos a Armenia como el sitio del jardín bíblico del
Edén y popularmente se ha creído que el monte Ararat es la montaña bíblica
sobre la cual se posó el Arca de Noé, después del diluvio universal.
Según la misma enciclopedia, “Hayk era un cacique
de los armens, una tribu armenia de la época de Aratta (el nombre también se
asemeja a Ararat, y la montaña está situada de hecho en el área posible de
Aratta). El término persa es armani, primero registrado en la inscripción de
Behistún (521 a . C.). El
término Armenoi griego se verifica en Heródoto, que divulga que los
armenios eran colonos de Frigia.”
“La etiología tradicional para el epónimo es de
Armenak o de Aram, el biznieto del biznieto de Hayk, y de otro líder que fue,
según la tradición armenia, el antepasado de todos los armenios. También
algunos historiadores antiguos de Armenia, como Moisés de Khorene, dicen que los
armenios eran urartos y que la palabra ‘Armenia’ deriva de un rey urarto
llamado ‘Aramu’, teoría que algunos historiadores modernos descartan”.
“Algunos eruditos judíos y cristianos escriben que el nombre ‘Armenia’ deriva
de Har-Minni, es decir las ‘montañas de Minni’ (o de Mannai). Varios eruditos
armenios, incluyendo Ishkhanyan (1989), han identificado el término persa con el ‘Armani’
(Armanum, que también se lee Armanim) mencionado entre los enemigos derrotados
por el rey acadio Naram-Sin (2300 a .C.),
localizándolos en las montañas de la
Armenia meridional”.
“El historiador Arnold Toynbee menciona que
‘Armenia’ puede provenir de ‘Erimena’, padre del último regente de Urartro,
Russas III. Agrega además que otra alternativa es que provenga de ‘Aruma-ni’,
que significa país de los arameos, pueblo que arribó del norte de las estepas
árabes a fines del siglo XI o comienzos del X a. C. y conquistó Nairi”.
No hay que olvidar que desde el mismo momento de la fundación de la
ciudad en las montañas del Quindío, las gentes han denominado a la región como
el Edén de Colombia, y así aparece en muchas publicaciones de los primeros años
y en periódicos regionales y nacionales. Es decir, entre los fundadores existía
la relación de Armenia como la nación del patriarca Noé y, por supuesto del
Paraíso Terrenal.
Cuando los treinta colonos fundaron la ciudad el 14 de octubre de 1889
con el nombre de Villa Holguín, en homenaje al presidente encargado de la República Carlos
Holguín Mallarino, y por sugerencia de Pedro Vicente Henao, el topónimo de
Armenia ya estaba en las mentes de la gente, pues existían, de acuerdo con
todas las fuentes, varias fincas, de propiedad de José de los Reyes Santa,
Antonio Herrera y el coronel Tobías Marín, que estaban situadas en la porción
de Armenia, jurisdicción de Salento, según el contrato de venta de las mismas
suscrito en la notaría de este último distrito.
También hay un documento notarial de Cartago donde se dirime un
conflicto de tierras en una zona meridional de este municipio, el más
importante de la zona que perteneciera al Estado Soberano del Cauca, donde
tanto el querellante como el poseedor residen en el ‘caserío Armenia’, en
hechos que ocurren en el año de 1886. Es decir, ya había sido traído el nombre
a la región antes de la fundación de la ciudad.
La hipótesis más cercana a la llegada del nombre pertenece a la Iglesia. Era evidente que los
sacerdotes en los púlpitos hicieran mención a Armenia, el primer país del mundo
que en el Siglo I después de Cristo, adoptó el cristianismo como religión
oficial, y que fue llevada y diseminada por dos de los apósteles: Judas Tadeo y
Bartolomé. Además, de ser mencionada como el lugar del Paraíso Terrenal y del
Arca de Noé.
Ese nombre se quedó en la mente de las gentes, tradicionalmente muy
religiosas, y los tres colonos primeros: el coronel Tobías Marín, Antonio
Herrera y José de los Reyes Santa le pusieron a esa porción de sus fincas, que
fue después un pequeño caserío, el nombre de Armenia, seguramente porque se les
pareció al Edén, al Paraíso bíblico.
Varias
fuentes aseguran, entre ellas el padre Rafael Arboleda, rector de la Universidad
Javeriana de Bogotá, que en el siglo XIX, estaba de moda bautizar las granjas,
las fincas que se iban montando, con nombres bíblicos y del cercano Oriente.
Armenia fue uno de ellos. No olvidemos a Jericó y a Antioquia. Y para no ir muy
lejos, Alejandría, el primer nombre de Quimbaya o Puerto Samaria. Y en el
municipio de Salento persisten los topónimos de Palestina y Canaán para
mencionar a dos de sus veredas.
En
síntesis, para no darle más vueltas al asunto, el nombre de Armenia proviene
del país euroasiático, traído a América por la tradición cristiana por ser el
primer lugar que adoptó esa religión, llegada a los oídos de los colonizadores,
creyentes católicos, que, espontáneamente, bautizaron así una porción de tierra
que desbrozaron y sembraron y que luego le vendieron a Jesús María Ocampo Toro
y Jesús María Suárez para que fundaran esta ciudad.
El
gentilicio fue durante muchos años el mismo de los naturales de la antiguo
región del Cáucaso, o el nuevo país de Europa, con límites en Asia, es decir,
armenio o armenia, según el sexo del nacido en esta tierra. Pero en el 2006, el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi publicó el Diccionario de Gentilicios de
Colombia y promulgó el de armenita para los oriundos de Armenia, la capital del
departamento del Quindío.
Con
relación al apodo cuyabro, que les pusieron a los armenitas, es pertinente
decir que en la región existía una planta llamada Coyabra o Cuyabra, un arbusto
rastrero, cuyo fruto es una calabaza, una Lagenaria
Siceraria, de la familia de las cucurbitáceas. Nunca se utilizó ni se
utiliza como alimento, sino como recipiente cuando el fruto está seco. En la
actualidad es muy difícil encontrar la planta en la propia región del Quindío.
También se conoce como tarralí. En la antigüedad existía en forma abundante
como una maleza, especialmente en la porción de terreno que se conocía como
Armenia en el proceso de Colonización del Quindío.
El
apodo proviene de una discusión, ‘pelea’ entre los calarqueños y los armenitas
que sólo en los últimos cuarenta años ha amainado. Según el historiador Jhon
Jaramillo Ramírez, de la Academia de Historia del Quindío, este mote es obra de
los calarqueños. Ellos llamaron así a los que habitaban en la recién fundada
villa de Armenia, donde abundaba la cuyabra, como una forma de responder
(desquitarse) al mote que les habían puesto los de Armenia a los calarqueños:
charrascaleños, pues decían que las tierras de Calarcá no eran sino
charrascales.
Lo
cierto es que entre los dos pueblos se cuenta una historia de fuertes discusiones.
La fundación de Armenia se origina precisamente porque los colonos de la margen
izquierda del río no deseaban quedar en la franja de terreno que pedía Calarcá
amparado en las leyes de baldíos, y que los incluía a ellos. Así, para
apartarse de esa pretensión, piensan crear un nuevo pueblo, que finalmente se
llama Armenia. Además, los colonos asentados en esta porción de la margen
izquierda, que ya era conocida como Armenia, querían eludir las pretensiones de
la compañía colonizadora Burila, que reclamaba al gobierno, con escrituras en
manos, estas tierras como suyas.
“…los
colonos de la margen izquierda del río Quindío aprovechando sus vínculos con
Pereira y Manizales consiguieron en Cartago y Bogotá que la compañía (Burila)
bajara la línea norte hasta un poco más abajo del Alto del Oso de tal manera
que sus grandes propiedades quedaron libres de los líos jurídicos y pudieron
apropiárselas legalmente”[1]. Y
fue en esa porción, libre de los líos de Calarcá, que fundaron a Armenia.
La
fundación de Armenia fue un duro golpe para los calarqueños, que se declararon
decepcionados porque perdieron la posibilidad de apropiarse de esos terrenos,
por un lado, y además quedaron con los líos jurídicos con la Burila, mientras
los de Armenia se liberaron, teniendo fácilmente la propiedad de la tierra. En
esos términos, los calarqueños miraron a los armenitas como arrodillados,
arrastrados frente a la Burila, y fueron comparados con la planta rastrera
popular de la zona, la cuyabra, y le pusieron el mote de cuyabros, es decir,
arrastrados.
Durante
muchos años ese fue un epíteto ofensivo, que causó muchas otras peleas. Por
ejemplo, las familias no querían que sus mujeres, sus hijas, se casaran con
cuyabros. El tema se avivó con la creación del departamento del Quindío y la
escogencia de la capital, pues tanto Armenia como Calarcá querían serlo.
Finalmente se decidió por la primera, que tenía muchas más ventajas económicas,
políticas, administrativas, y por su excelente ubicación con relación a las
vías de la nación. A partir de este
momento el tema empezó a cancelarse, y el apodo de cuyabro tomó estatus, tanto
que muchas personas están convencidas de que es el gentilicio de los
quindianos.
Por Miguel Ángel Rojas - Miembro de la Academia de História del Quindío.
[1] Cadena Olga, Pérez José M. Historia de Armenia. En Voces, revista de
estudios sociales. Universidad del Quindío, 1996.
11 Comentarios
Bueno , si esa es la historia , orgullosamente armenita y muy complacido con el de "cuyabro" . Julián Ospina Botero..
ResponderBorrarAqui nunca nos hemos llamado Armenitas, hubo consenso en que el gentilicio es ARMENIOS.
ResponderBorrarSomos paisas, no cuyabros!!!
ResponderBorrarNingún paisa. Entonces españoles??RE ARMENIOS Y RE RE CUYABROS.
BorrarPaisa usted, regalao! Nosotros somos Cuyabros.
ResponderBorrarSomos armenios, porque es nuestra historia, una institución no va a venir a decir desde el 2006 un gentilicio que nos es ajeno, los de Armenia, somos armenios y las mujeres armenias. Y cuyabro solo es el apodo peyorativo, (hoy solo un apodo normal) de los de la ciudad de Armenia, no de calarqueños o salentinos ni pijaenses. Y somos paisas como uno de los 4 departamentos paisas.
ResponderBorrarSoy una madre orgullosa de tener dos hijos armenitas o armenios (la que sea más usada), pero por sobre eso, dos "cuyabros". ¡Ser cuyabro, es un honor!
ResponderBorrarMuy orgulloso de ser Armenio o cuyabro, ese bodrio de Armenia no se lo creen sino los del Agustín Codazzi.
ResponderBorrarArmenios los del país del caucaso, nos llevan mas de 2000 años de delantera y lo de arrastrados "cuyabros" es una sorpresa entender su origen..
ResponderBorrarSiempre tuve la curiosidad del origen de Armenia y el porqué del término cuanto,nadie me sabía dar una respuesta coherente
ResponderBorrar.muchas gracias,mi Armenia hermosa 😍
Muchas gracias, felicitaciones, todos deberíamos conocer esta información tan importante de nuestra ciudad. Solo, con todo respeto, quiero corregir, Everán, no es la capital de Armenia, creo que hubo un error tipográfico, su nombre es Ereván, de lee "Iereván.
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