Copia del Acta que le da nombre al Municipio de Salento

El 30 de septiembre de 2008 recibí un correo electrónico de Jorge Enrique Árias Ocampo (q.e.p.d), exalcalde de Salento y miembro de número de la Academia de Historia del Quindío, en el que adjuntaba la copia del Acta del 25 de enero de 1865 por medio de la cual se le da nombre el Municipio de Salento, documento que por descuido involuntario permaneció almacenado en la bandeja de entrada de la cuenta del correo y que publico en la página de la AHQ ante la relevancia histórica de su contenido.

Armando Rodríguez Jaramillo – Miembro de la AHQ.

Foto: Iglesia del Municipio de Salento en los primeros años del siglo XX 



COPIA DEL ACTA POR MEDIO DE LA CUAL SE LE DA NOMBRE AL MUNICIPIO DE SALENTO - Enero 25 de 1865 -

"ALDEA DE NUEVA SALENTO
EN EL ESTADO SOBERANO DEL CAUCA"

" He aquí el nombre con el cual la Municipalidad del Municipio del Quindío acaba de bautizar en su sesión ordinaria del corriente año la entidad territorial que antes se denominaba Boquía bajo los límites de la quebrada de Barbas desde su nacimiento en la Cordillera Central hasta su desemboque en el rio La Vieja, éste aguas arriba hasta la confluencia con el rio Cumbarco, este aguas arriba hasta su origen, y de aquí la línea de la cima de la referida cordillera al límite primeramente citado. Este último ensanche que acaba de exponerse lo hizo la municipalidad de 1864 en la Ordenanza sobre división territorial, pues los primitivos eran: La quebrada de Barbas desde su nacimiento, siguiendo su curso hasta frente de Buenavista contadero del camino real, de ahí una línea imaginaria hasta la confluencia del rio Barragán en el de la Vieja, de ese punto aguas arriba una legua de la corriente del predicho Barragán, de aquí otra línea recta imaginaria hasta la cumbre de la Cordillera Central, y toda la línea de esta hasta las vertientes de Barbas. Hoy por la Ordenanza de División Territorial reformatoria de la del año precedente y por la cual se hizo la variación de nombre de esta Aldea se extendieron los límites al norte hasta la quebrada de Consota en todo su curso, quedando subdividida la Aldea en el Caserío de Condina bajo su régimen, el cual quedo demarcado entre la quebrada de Barbas y Consota. En la parte oriental de la Aldea de Nueva Salento y en cuatro leguas de extensión del curso de Cumbarco y Barbas, hay por lo menos un territorio de veintiséis leguas, pues, en sus partes media y occidental no habrá sino unas veintiséis en la primera y en la segunda, con motivo de correr el primero en la dirección de sureste a noroeste.

El clima en lo general es frío, siendo desde el excesivo en las regiones la nieve perpetua hasta el que se siente suave y agradablemente sin incomodar. Hacia el sur, y desde donde comienzan los terrenos que rigen el Cumbarco, Navarco y el rio Quindío del que son tributarios, hay una variedad de temperaturas que comprenden todas las que existen en la naturaleza; desde la cima de la Cordillera Central hasta las orillas del Quindío, se disfrutan y sienten las de las zonas glaciales, los trópicos y la zona tórrida. Ocupando pues, la Aldea un territorio tan (favorable) favorecido y privilegiado por la Providencia, cuenta también con todos los frutos de los diferentes climas del globo, que la mano del hombre por medio del trabajo solicita de él: la papa de año, el trigo, las legumbres de las altas planicies andinas, el manzano, el durazno, el maíz, el fríjol, el plátano, la caña, la yuca y las frutas de los valles ardientes, todos se producen y desarrollan cualidades y proporciones admirables y sorprendentes, siendo lo mas fenomenal y raro el que en muchas partes de las partes altas contrastan unos y otros, y reunidas las plantas que los producen reciban a la vez el tributo de grata sorpresa del habitante de las tierras calientes y frías, que en ellos ven alimentos favoritos de su respectivo país natal.

Boquía fue fundado desde 1846, a virtud de la empresa acometida por el Gobierno Nacional desde 1842, bajo la administración del General Pedro A. Herrán, de la apertura del camino del Quindío, en cuya época y por varios Decretos Legislativos se hicieron concesiones de una porción de terreno, cabezas de ganado y herramienta a las familias que vinieran a poblar la montaña y el camino de aquel nombre. Pero entonces se levantaban otras poblaciones hacia el norte de la antigua Provincia del Cauca y al sur de la de Antioquia, en las cuales se habían hecho concesiones por el P.E. Nacional de 12.000 fanegadas de terreno baldío, y tocaba a cada familia una porción de tierra de 60 fanegadas, mientras que a las que venían al Quindío no se les daba sino de a 20 fanegadas; habiéndose descuidado el hacer la concesión de dichas 12.000 fanegadas a la población de Boquía para ofrecer así mayor aliciente a los que abandonando su primitivo hogar se lanzaban en estas selvas seculares y a regiones que para ellos parecía estar a remotas y largas distancias. Posteriormente y por la Constitución Nacional de 1853, no quedo en la Republica otro Camino Nacional que el del Istmo de Panamá, circunstancia que hizo que el Gobierno no continuase protegiendo a los pobladores del Quindío, y que tuviese que descuidar esa vías, lo que hizo paralizar esta población en la que ya no se contaba ni con el halago de un palmo de tierra en propiedad. No obstante esta orfandad y aislamiento en que ella se hallaba, sus primeros habitantes gratos a la fecundidad de los terrenos continuaron morando aquí, y otros que vinieron después en reducido número se radicaron sin otra esperanza que cosechar maíz y otros productos de subsistencia en tierras sobre las que no se contaba con ningún título. Retirado el cura que costeaba el Gobierno y abandonada la marcha administrativa de la Aldea a los propios recursos de ella, estos habitantes vivían en una especie de marasmo, y en esta Aldea se veía un lugar de confinamiento en donde se carecía del culto de la dignidad y de los consuelos que ofrece al creyente la seguridad de la posesión de la administración espiritual. 

En semejante situación, ni las noticias de la de la feracidad de los terrenos de esta Aldea, ni las de sus ricos minerales, sus tradiciones y abundantes fuentes saladas, atraían ninguna emigración sobre esta Aldea. Todos los que en otras partes oían las referencias de tan preciosos dones, veían en esta Aldea al paraíso vedado por el Ángel con su espada de fuego; porque el Antioqueño, que era el que podría venir, no cultiva el terreno en el cual no cuenta con el aliciente de la propiedad, ni vive grato en donde no hay cura. En semejante situación pues, la providencia germen de todo bien para los pueblos y la humanidad, escogió al Doctor Ramón Elías Palau, natural de Cartago, para se el conducto por el cual dispensaría en adelante sus grandes beneficios a esta nueva población. El con sus relaciones personales consiguió título de propiedad de 12.000 fanegadas, y otras muchas Resoluciones de los altos Gobernantes que redundaban en bien directo de ella y obtuvo del ilustrísimo y preclaro prelado Diocesano, señor doctor Pedro Antonio Torres, la creación de la parroquia eclesiástica y el nombramiento para cura del estimable sacerdote, doctor Presbítero M. Parménides Velasco, joven de unos veintiséis años que honra y enaltece el clero por su celo apostólico, sus virtudes, la consagración a su ministerio, su inteligencia e ilustración y la heroica abnegación que lo caracteriza, en fuerza de la cual a semejanza del Divino Maestro domina las flaquezas de la naturaleza humana y lo sacrifica todo ante el bienestar moral y material de esta Aldea. Reducida esta por la exterminadora revolución que principio en 1860 y termino en el año de 1864, a la escasa población de unos ochenta o cien habitantes, y a la miseria mas espantosa, los esfuerzos de este recomendable Ministro del cristianismo y la incansable consagración del Doctor Paláu a procurar a esta población todos los elementos que puedan darle las condiciones de un lugar que llene las aspiraciones de los que en el pueden buscar bienestar individual y social, han hecho ya de Boquía una Aldea de mas de mil habitantes y dado a conocer los infinitos tesoros de riqueza que encierra, merced a un poco de conocimiento y al progreso consiguiente ha merecido el nombre de NUEVA SALENTO, ciudad extraordinaria de la antigüedad fundada en Creta en una noche por el Rey Idomeneo, la que llego después a alto grado de prosperidad y que hizo de los Salentinos otros Genoveses y Tirenses en el comercio y en las artes.

Conducida la antigua Boquía a esta transformación, hoy se exhibe ante los que carecen de Patria y hogar propicios en otras partes como la tierra prometida, en donde en cambio del palmo de tierra que les falta en que vivir y en que morir, cuentan con la noble e independiente posición de propietarios y tiene ante sus ojos y para sus futuras generaciones la mitológica y arrobadora perspectiva de los risueños, azulados e inconmensurables valles de Navarco, Cumbarco y Barragán velados por las ilusiones, que mas tarde y en este mismo siglo serían una realidad, de sus lagunas de oro enchontadas por los aborígenes, las arenas de ese metal de sus ríos y sus innumerables salinas. 

El mismo Doctor Paláu, que con la paciencia de un Job y una filosofía sublime ha sabido sobrellevar el carácter de estos montañeses y abandonar las ventajes de su posición social como abogado, de sus relaciones de familia y como miembro de un partido político, ha venido hasta habitar entre estos pobladores a cultivar un campo, al que por su particular belleza, feracidad de su suelo y encantadores horizontes ha apellidado Canaán. Este (padre) mismo padre y fundador de esta Aldea en íntima armonía con el Cura e identificado con él en la sed y aspiraciones de progreso de ella, ha obtenido la generosa conquista de que en la Iglesia Parroquial que ha embellecido con esmero el expresado señor Cura, se halla en febrero del corriente año la grandiosa conquista de colocar permanente el Sacramento de la Eucaristía, el mas precioso legado que dejó al género humano el Hombre-Dios, en el solemne drama de su redención consumado en el martirio del Calvario. 

Bajo la influencia y a petición del mismo Doctor Paláu, el Gobierno del Estado Soberano del Cauca concedió privilegio al expresado Doctor Paláu para la apertura y conservación del camino que abandonó el Gobierno Nacional y que une con este pueblo el sur y centro de la República, cuyo privilegio consiste en abrir dicha vía y obrar por cincuenta años los derechos provechosos de una regular tarifa. Ya organizada la asociación en la que el pueblo de Nueva Salento y accionista, participando de una cuarta parte de los rendimientos, y el cinco de diciembre del año próximo pasado comenzaron los trabajos de apertura.

Bajo el patrocinio del mismo Paláu se obtendrá muy pronto del Congreso Nacional la concesión de 12.000 fanegadas más de terrenos baldíos. De suerte que dentro de poco tiempo, con las veinticuatro mil fanegadas que tiene el caserío de Condina y las seis mil que se calculan en las cedidas por el estado en las orillas del camino para las familias que se establezcan allí, tendrá Nueva Salento cincuenta y cuatro mil fanegadas de terreno baldío. Si la paz continua y se consolida, y se corona la obra de la apertura del camino, dentro de dos años con las diarias y numerosas inmigraciones que llegan a esta Aldea, tendrá elementos y títulos para considerarse como la sección más importante del Municipio del Quindío. Quiera el cielo conservar el reposo público para que continuando Nueva Salento por la vía de prosperidad en que lo han colocado los empeños de su protector y de su venerable Pastor, venga a ser el asilo benéfico de millones de Colombianos y una de las más opulentas comarcas del Cauca".

NUEVA SALENTO, Enero 25 de 1865

SIN FIRMA. ES COPIA . Salento, Septiembre 18 de 1941


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