Las noticias permanentes sobre el
llamado Tesoro de los Quimbayas, sobre todo las últimas, referentes a lo
definido por la Corte Constitucional, nos colocan en el plano de conocimiento
de unas piezas de orfebrería que no pertenecieron a sociedades relacionadas con
el grupo histórico Quimbaya, sino que obedecen a un contexto regional que hoy
simplemente llamamos como el Período Temprano (500 A.C.-600 D.C.).
El nombre que se asignó al
Tesoro de los Quimbayas en 1891, en la fecha de su descubrimiento, no fue únicamente
el de la tribu histórica conocida
y divulgada por historiadores que ya la mencionaban a finales del siglo XIX,
como Vicente y Ernesto Restrepo, a la sazón dos de los que participaron en la
compra y en la entrega de dicho lote de piezas a España en 1892. También fue
denominada esa colección como el “Tesoro de Calarcá” o, como aparece en el
catálogo de exhibición, la Colección Finlandia, aludiendo a Filandia (Quindío),
el municipio donde se hizo la guaquería.
Era natural que se asignara el nombre Quimbaya a esas
piezas, pues era el más popular y el que más se acomodaba a una denominación
que la distinguiera de otras figuras de oro que se comerciaban en ese momento, sobre
todo las de origen muisca.
Los relatos nos indican que en medio del saqueo de la
época de colonización en el Eje Cafetero, fueron muchas las piezas que se
adquirieron para colecciones particulares. Las más conocidas
fueron las de Leocadio María Arango en Medellín y la de Santiago Vélez en
Manizales. También se cree que objetos del Tesoro de los Quimbayas pudieron
estar en un lugar de Salento, en manos de otro coleccionista radicado allí.
El camino que seguían estas piezas, admiradas por todos,
pudo ser el de su compra por coleccionistas extranjeros que las sacaron
fácilmente hasta sus países de origen. Lamentable
es que uno de los historiadores Restrepo, Vicente, haya vendido parte del lote
que se donaría a España al Instituto Smithsoniano, incluyendo su propia
colección, como lo anotó María Elvira Bonilla en su artículo “El éxodo del
oro” (Lecturas Dominicales de El Tiempo, 9 de junio de 1985).
Poporos, cascos, diademas y otras representaciones de mayor
volumen, del Período Temprano, siempre han llamado la atención de los
museos del mundo, porque ese fue el destino final desde el siglo XIX. Aunque
en Colombia, pocas se exhiben en el Museo del Oro de Bogotá, pues por
algunas razones se quedaron, se tiene la certeza que también fueron ofrecidas.
La figura más icónica de todas fue el llamado “poporo Quimbaya” de las
cuatro esferas. Fue encontrado en una vereda de Yarumal (Antioquia) y durante
el siglo XIX y principios del siglo XX fue guardado por sus consecutivos
propietarios hasta que llegó a manos del Gerente del Banco de la República en
la década de los treinta y con él comenzó la famosa colección del Museo del
Oro. Fue comprado a la señora Magdalena Amador en 1939.
Por su volumen, belleza y maravillosa estética, las piezas
orfebres del Período Temprano han llamado más la atención que las del Período
Tardío (800 D.C.- siglo XVI), aunque entre éstas sobresalen sus pectorales con
figuras repujadas, que todavía son saqueadas en las tumbas del Quindío. En
noviembre de 1987, la prensa nacional divulgó una noticia fabulosa, como así lo
anotó el medio periodístico: “La arqueología colombiana
está de plácemes, ha encontrado un nuevo tesoro de la cultura Quimbaya clásica,
único en el mundo, y cuyo costo es invaluable. Este
tesoro, que están en las arcas del Banco de la República, fue hallado en el
valle medio del río Magdalena hace seis meses. Consta de doce piezas de
orfebrería precolombina, elaboradas por una comunidad maestra en el manejo del
oro y que conforman un ajuar fúnebre” (El Tiempo, noviembre 1 de 1987).
De estas piezas, tres se encuentran hoy exhibidas en el Museo del Oro Quimbaya de
Armenia: la parte superior de un recipiente (poporo) fitomorfo,
una diadema con láminas semejando plumería y un casco repujado. Es admirable la
comparación que se hace de la estética de este casco con los que conforman el
Tesoro de los Quimbayas y cuyas fotografías se exhiben también en Armenia, al
frente de la vitrina donde está la pieza orfebre. También en este museo de la
capital del Quindío se exhibe un poporo muy parecido al encontrado en Yarumal,
aunque de él no se tienen datos certeros de su procedencia.
El Museo del Oro de Bogotá cuenta con otros testimonios
metálicos exhibidos de la región de influencia del Período Temprano, cuya
procedencia tambien es desconocida. Se destaca uno en especial, un poporo
antropomorfo, que se encuentra fragmentado y del cual hay una historia
singular: se dice que, al encontrarse roto en el lote del Tesoro de los
Quimbayas, se quedó en Colombia. Se trata específicamente de “la imagen
de una mujer sentada, cuyo rostro está partido” y que es mencionado en una crónica
de Daniel Samper Pizano titulada “Colombia busca rescatar oro
Quimbaya en España” (El Tiempo, domingo 8 de marzo de 1987).
Mientras se hace remembranza de tantos objetos de estos
pueblos chamánicos, que habitaron la extensa región central de Colombia hace 2500
años, ellos reposan en colecciones
particulares y museos del mundo entero. Prueba palpable de esto, que nos
muestra además la salida y comercio descontrolados de tales símbolos de la
nacionalidad, son las noticias locales de sus hallazgos en municipio del
Quindío en los últimos 30 años y un inventario realizado por la subdirectora
técnica del Museo del Oro, Clemencia Plazas, en 1973. En él se mencionan
museos del mundo donde se encuentran objetos de los Períodos Temprano y Tardío,
también reseñados en esas colecciones como objetos de la Cultura Quimbaya. De los datos allí consignados, los
siguientes parecen corresponde a la tradición orfebre del período del Tesoro de
los Quimbayas y que además llaman la atención por sus especificaciones
históricas o de adquisición:
Victoria y Albert Museum de Londres: 86
piezas en su mayoría Quimbayas. Vendidas por el señor Vicentre Restrepo el 29
de mayo de 1872.
- National Museete de Copenhage: 62 piezas de las culturas Muisca y Quimbaya.
- Reitberg Museum de Zurich: un casco Quimbaya y dos figuras votivas de gran valor.
- Museo de Hamburgo: 107 piezas de las culturas Muisca y Quimbaya.
- Museo de Bremen: 127 piezas de las culturas Muisca y Quimbaya.
- Museo de Munich: 84 piezas de las culturas Muisca, Quimbaya y Calima.
- Museo de Berlín: 33 piezas de las culturas Quimbaya y Muisca.
- Museo del Hombre de París: 120 piezas de las culturas Quimbaya, Muisca y Calima.
- Museo Luigi Pignorini de Roma: 16 piezas de la cultura Quimbaya”
Aunque en este inventario aparece el
Museo Británico, con “263 piezas representativas de distintas culturas”, vale
la pena mencionar que allí se exhibe un casco repujado del Período Temprano, de
acuerdo con información suministrada en alguna oportunidad por el arquitecto
Quindiano Luis Alfonso Escobar. En la publicación de Bonilla de El Tiempo
aparece una fotografía de un “cuello de poporo con cinco rostros de la
cultura quimbaya” de dicho museo de Londres, que refuerza mucho más esta
información.
Por: Roberto Restrepo Ramírez (Miembro de la Academia de Historia del Quindío) - Artículo publicado por el diario La Crónica del Quindío el 19 de marzo de 2017
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