En la investigación “Limites pendientes:
Dudoso deslinde entre Quindío y Risaralda”, se hace un singular análisis que
desnuda la cadena de errores cometidos, propiciados en gran parte por el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi, en la delimitación realizada entre
los municipios de Salento y Pereira.
La argumentación esgrimida por el
agrólogo Rodríguez Jaramillo se sustenta en el marco normativo que le da
competencia al Senado de la República para definir los asuntos relacionados con
límites departamentales, instancia que no fue tenida en cuenta al momento de firmarse
el Acta de Deslinde, en 1979, entre los municipios mencionados. Quizás lo más
sorprendente, es que para el deslinde se tuvo en cuenta un documento oficial de
la Gobernación de Caldas, de 1930, en el que las descripciones de los límites
de Pereira con Salento, y de Salento con Pereira, difieren en la cuenca alta
del río Otún. ¿Cuál delimitación es la válida?, es un interrogante que abre una
controversia que tarde o temprano se dará, sobre todo cuando las variables del
agua y del ambiente adquieran connotaciones estratégicas.
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