Cordón de Los Fundadores a John Jaramillo Ramírez



COMUNICADO

Armenia (Quindío), Octubre 14 de 2014
Hoy a las 10:00 de la mañana tuvo lugar el solemne tedeum por el aniversario 125 de Armenia en la iglesia San Francisco. Allí, la mandataria local, Luz Piedad Valencia Franco, condecoró a John Jaramillo Ramírez con la orden Cordón de Los Fundadores, el máximo galardón que se entrega cada año durante las festividades de la ciudad. El condecorado es Miembro de Número de la Academia de Historia del Quindío, por lo que estamos de plácemes y deseando compartir con ustedes esta exaltación al civismo y amor por la ciudad capital.
Transcribimos de La Crónica del Quindío, en su edición de hoy martes 14 de octubre, la nota editorial y el reportaje alusivos a este evento y a nuestro querido colega.

Gonzalo Alverto Valencia Barrera.
Secretario de la Academia de Historia del Quindío.


EDITORIAL DIARIO LA CRÓNICA DEL QUINDÍO - 14 de octubre de 2014
Merecido homenaje
Su familia conjuga La Colonización del Quindío.
La sociedad de Armenia le rinde homenaje hoy a Jhon Jaramillo Ramírez, uno de los seres más querendones de la ciudad, si no el mayor.  Su vida ha transcurrido básicamente en Armenia, siempre atenta a los aconteceres de la cultura y el civismo. Recorrió casi todas las páginas de la historia local, en los libros viejos que escribieron los primeros cronistas como Valentín Macías y el fundador Jesús María Suárez, pero también en las revistas, periódicos, las novelas de La Colonización y en el moderno texto de anécdotas e historias que recogió el periodista Alfonso Valencia Zapata. Siempre fue más allá. Escuchó las historias que contaron sus mayores y fue una fiel caja de resonancia de los hechos de aquella Armenia cívica de los años cuarenta al setenta. 
Su memoria prodigiosa lo llevó a almacenar en su ‘disco duro’ los más refinados detalles y todos los nombres de aquellos hombres y mujeres que participaron en las gestas cívicas que elevaron la pequeña aldea a la categoría de ciudad. Lo que no está en la memoria de Jhon Jaramillo Ramírez, sobre la historia de Armenia, es que no existe, afirman algunos, y con razón, porque escucharlo narrar los acontecimientos, con los nombres propios y los dos apellidos de los protagonistas, es un verdadero deleite.
Fue Jhon Jaramillo Ramírez alma y nervio de la celebración de los 100 años de Armenia y gestor del texto que para entonces se publicó: Armenia: libro de Oro, con motivo del centenario. Fue en su cabeza que nació el desfile del Yipao, uno de los íconos de las celebraciones en todo los pueblos cafeteros del Eje Cafetero y norte del Valle. El desfile de la Familia Castañeda estaba pintado en su cerebro, y cada año salía bajo su dirección y supervisión, con los más sentidos detalles de los personajes antiguos del pueblo. Por estas razones, ha sido durante muchos años miembro de la junta directiva de la antigua Corporación de Fomento y Turismo, hoy Corpocultura.
Sus padres, Diana Ramírez Botero de Jaramillo, de la estirpe de Braulio Botero, y Juan Jaramillo Arango, ella de Armenia y él de Calarcá, conjugaban en su familia La Colonización del Quindío, los primeros años de las dos más importantes villas, uniendo aquella gesta de esfuerzo y solidaridad. Hijo único, con la inteligencia que pudo volar a otros lares, como muchos, para hacerse a fama y dinero, Jhon prefirió quedarse en las calles de su Armenia, aprendiendo de sus costumbres, viviendo a plenitud en la sociedad del viejo club América, lo que reflejó en su maravilloso libro: Pieza del Reblujo, publicado con su propio esfuerzo en octubre de 2006. Y al lado de su madre, su gran amor, a quien le dedicara su libro diciendo: “A la memoria de mi madre, definitiva y dolorosamente ausente”.
Pero, sin duda, su vida y sus mejores años estuvieron al lado de la Procesión de la Virgen de la Soledad. Después de participar en ella desde cuando cumplió seis años, el Viernes Santo de 1972, doña Marina Gutiérrez de Tobón lo invitó para que ayudara a arreglar la Virgen y participara en la preparación de la procesión. Desde entonces, y hasta hace dos años, Jhon Jaramillo preparó esta, la más importante procesión católica en el Quindío. Lo hizo con amor, con civismo, con el entusiasmo de todas sus gestas por Armenia.
Miembro de la Academia de Historia del Quindío, Jhon tiene en su haber dos libros más para publicar sobre acontecimientos y hechos de Armenia y el Quindío. Por todo esto, no nos cabe la menor duda de que este año el Cordón de los Fundadores, máxima presea que otorga la ciudad, ha quedado en las mejores manos. Y este día, 14 de octubre de 2014, cuando la ciudad cumple 125 años, un día después de su propio onomástico, será, seguramente, el más feliz en la vida de Jhon.  Cuando la alcaldesa le cuelgue el Cordón con los colores de nuestra bandera y el tronco y el hacha, su corazón palpitará como nunca, porque para un amante, como lo ha sido Jhon, de la ciudad, no podrá existir mejor regalo. Felicitaciones.

REPORTAJE

John Jaramillo recibe hoy el Cordón de los Fundadores

El acto para reconocer la labor de este ciudadano que gestó uno de los eventos más importantes de las fiestas de Armenia como es el desfile del Yipao, se cumplirá a las 10:00 a.m. en la iglesia San Francisco de la capital quindiana.
John Jaramillo es la persona meritoria del Cordón de los Fundadores este año, el máximo reconocimiento que otorga Armenia a uno de sus ciudadanos por las acciones realizadas siempre en beneficio de la ciudad.
¿Cuéntenos acerca del reconocimiento que recibe hoy?
Este año algunas personas y entidades me postularon para recibir el Cordón de los Fundadores y fue así como la Asamblea se reunió en el despacho de la Alcaldesa Luz Piedad Valencia Franco y decidieron por unanimidad que yo era quien debía recibir el reconocimiento.
¿Qué significa para usted recibir el Cordón de los Fundadores?
Constituye un inmenso orgullo recibir la máxima condecoración que entrega mi ciudad en este año en el que se conmemoran los 125 años de fundación de Armenia.
En su consideración, ¿cuál es la labor que ha realizado para haber sido escogido como la persona idónea para recibir este reconocimiento?
Lo único que he hecho es querer a Armenia y servirle cuando me necesita. Entre esas cosas que he hecho por mi ciudad está la entrega y dedicación por 40 años a la realización de la procesión de La Soledad. Hace 26 años con Luis Fernando Ramírez creamos el desfile del Yipao, muchos años dedicados a organizar el desfile de la familia Castañeda, organicé muchas cosas para hacer el reinado de La Chapolera.
A propósito de esto que acaba de mencionar, ¿cómo fue su vinculación en la organización de la procesión de La Soledad?
Desde muy pequeño a raíz de mi amistad con Luis Fernando Jaramillo Jaramillo que era bisnieto de la señora Mejía de Jaramillo que fue quien dio la imagen de La Soledad, yo comencé a participar en la organización de la procesión y así me conocieron los principales organizadoras. Yo era el niño que les ayudaba a pasar alambre, trapos, martillos y poco a poco me fueron delegando más funciones como ayudar a vestir, hasta que llegó el momento en que me llamaron y me dijeron que me necesitaban y yo les dije que como siempre estaba listo para asistir a la actividad religiosa y me respondieron que ellas ya estaban muy viejas y que yo me tenía que hacer cargo de la organización lo más que pudiera y fue como entré a ayudarles en la junta y todo lo relacionado. Cuando Inés Echeverry se sintió cansada, me entregó todas las pertenencias de la virgen para que las guardara y desde entonces fui quien organizó la procesión hasta hace dos años.
Además ha contribuido al desarrollo de 2 de las actividades más importantes que se ejecutan en las fiestas aniversarias de Armenia: el Yipao y el reinado de La Chapolera. ¿Cómo fueron esas experiencias?
Todo empezó hace 26 años cuando era asistente de Luis Fernando Ramírez, director de Fomento y Turismo. Habíamos recibimos la oficina llena de deudas y no había ni siquiera con qué ofrecer un tinto. La directora saliente nos dijo que nos quedáramos callados y sin hacer nada para ese año, porque para el siguiente teníamos que organizar el centenario. Yo le dije a Luis que al contrario teníamos que hacer algo que sirviera de abre bocas para el centenario y resucitamos el reinado de La Chapolera pero lo hicimos por comunas para que saliera menos costoso y con el programa de las fiestas nos dimos cuenta que para el viernes 13 de octubre no había nada que llamara la atención, por lo que nos pusimos a pensar qué podíamos realizar y concluimos que un desfile era lo único que sacaba la gente a la calle.
La primera propuesta de Ramírez fue un desfile de carros de tracción animal y aunque han servido para muchas cosas y tenían un modelo diferente a las de todo el país por tener solo dos llantas, le dije que se imaginara como iba a quedar la calle con una actividad de esas. Por esta razón le propuse un desfile de Jeep Willys. La respuesta fue que estos carros pitando por las calles la gente va a pensar que mataron un chofer, a lo que le respondí que esa no era la idea y le expuse que lo más lindo en nuestra tierra es ver un domingo este carro transportando a los recolectores de café parados hasta en los pernos del repuesto. Le dije: usted y yo que tantas veces hemos almorzado en la Feria de los Plátanos sabemos lo bello que es ver un Jeep cargado con plátano o banano y el arte que esto tiene. Cuántas veces vimos las cargas de café en estos automotores. Pero además le expliqué que el mejor paseo de mi vida fue una vez que en el Willys de mi tío Rafael Jaramillo trajimos desde Pijao el coroteo de Raquel Botero, con el cuadro en la cima de todas las cosas, con el colchón enrollado, los taburetes de vaqueta, las gallinas y gallos en chalecos de iraca. Después de todo esto aprobó mi idea y me dijo que hiciera el reglamento y las categorías que fueron las que había mencionado y lo primero que le dije fue que se iba a llamar Yipao con y sin d.
¿Cómo fue el resultado de ese primer desfile del Yipao y cómo ha visto la evolución de este?
Las inscripciones fueron muy bajitas y Luis Fernando me dijo que habíamos metido la pata, que esto no iba a resultar en nada y que teníamos que disimular el fracaso, por lo que decidimos rematar en la plaza Bolívar en un festival de música de carrilera y remataríamos con un concierto de las Hermanitas Calle.
El 13 de octubre Ramírez me envió a despachar el desfile desde el museo del Oro Quimbaya con solo seis participantes inscritos, pero cuando llegué había cerca de 25 personas más con sus carros listos para inscribirse y desde el museo lo llamé y le dije que se había salvado la actividad y que todo estaba muy bonito. Los noticieros lo filmaron y fue todo un éxito, tanto así que cuando los carros llegaron a la plaza, toda la gente se fue a verlos y las Hermanitas Calles que iban a salvarnos se quedaron sin asistentes.
En cuanto a la evolución tengo que decir que se ha vuelto un ícono y es el emblema de Armenia, el Quindío porque no hay municipio en el que no se desarrolle, pero además de otras regiones. Asimismo ha sido orgullosamente presentado en diferentes ferias y ciudades del mundo con un éxito tremendo, pues los gringos con la presentación de uno de estos carros en Washington enloquecieron viendo cómo hacía los piques.
Hay que destacar que en la feria organizada para el centenario un Jeep cargado de café hizo un pique y fue la sensación y ahora es una categoría más del evento y los choferes ya reconocidos son unos maestros y han llevado esta actividad a algo acrobático para hacer un espectáculo más bonito y es el Yipao la carta de presentación de nuestra ciudad.


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