El 21 de noviembre de 2012 - hace diez años -la edición escrita del diario LA CRÓNICA DEL QUINDÍO publicó la terrible noticia, una más del lamentable historial judicial que leemos permanentemente en la prensa regional y nacional. Sólo que ese titular, y su inicial contenido, nos removieron la fibra sensitiva, hasta el límite que provoca el llanto:
"Murió trágicamente la historiadora Olga Cadena".
"... Murió la más importante historiadora del Quindío. A la edad de 68 años se produjo el deceso de Olga Cadena Corrales".
Fue uno de esos impactos de la cotidianidad noticiosa muy difícil de olvidar. Máxime, cuando se trataba de una excepcional mujer, que estaba en el cenit de su producción investigativa y, además, actuante en los procesos participativos de la región. No era posible asimilar las condiciones de sevicia e ignominia a la que había sido sometida su humanidad en las horas anteriores a su muerte, producida por asfixia mecánica. Pues fue amordazada en su lecho y también debió soportar los vejámenes de los delincuentes quienes, mientras tanto, saqueaban el interior de su casa, en el norte de Armenia, dentro de un conjunto residencial sobre la avenida Centenario.
Fue una profesional destacada en el campo de las Ciencias Sociales, área en la que había recibido su título de licenciada, por parte de la Universidad del Quindío. Y, posteriormente, en su merecimiento sobresaliente como magister en Historia de la Universidad Nacional de Colombia y en la que se posgraduó con su tesis titulada "PROCESOS DE COLONIZACIÓN EN EL QUINDÍO: EL CASO BURILA", en Bogotá, año1988. Había nacido en Armenia en abril de 1944 y de su hogar, conformado con Germán Hincapié, quedaron tres hijos. Estudió su bachillerato en el colegio del Rosario y dejó, en su vida profesional, las mejores marcas de una labor dedicada a la docencia en secundaria y en las universidades del departamento, que tuvieron el honor de tenerla en su planta profesoral. Ellas fueron la Universidad del Quindío (su alma mater), la Universidad La Gran Colombia y la Escuela de Administración y Mercadotecnia del Quindío (EAM) en el Diplomado en Historia y Guianza (año 2003). Sus estudiantes hoy la recuerdan gratamente y esa fue, en vida, su mayor satisfacción, lo que motivó la permanencia en el círculo académico de su departamento, el que no abandonó, a pesar de haber podido alcanzar nuevos logros en otras universidades de la nación o del exterior.
Fue una quindiana profundamente enamorada de la cátedra, razón de más para dejar el recuerdo perenne en todas las personas que tuvimos la fortuna de escucharla en sus críticas y fundamentadas disertaciones.
Lo que nos heredó Olga Cadena Corrales está consignado en el siguiente párrafo introductorio del tercer tomo de "ENSAYOS DE HISTORIA QUINDIANA", publicación de la Academia de Historia del Quindío, dentro de la colección titulada BIBLIOTECA DE AUTORES QUINDIANOS (Centro de Publicaciones Universidad del Quindío, Armenia, 2014), y que fue dedicado a resaltar su vida investigativa. En esa entrega bibliográfica, el economista Gonzalo Alberto Valencia Barrera - para entonces secretario de la Academia de Historia del Quindío - nos ofreció la siguiente semblanza, a propósito de la aparición de su artículo titulado "IMPORTANCIA DE LA COLONIZACIÓN EMPRESARIAL EN EL QUINDIO", que había sido publicado inicialmente en la obra "POLICROMÍAS DE UNA REGIÓN. PROCESOS HISTÓRICOS Y CONSTRUCCIÓN DEL PASADO LOCAL EN EL EJE CAFETERO" (Sello Editorial Red Alma Mater, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2008, Betancourt Mendieta, Alexander Ediciones):
"El tercer volumen de 'Ensayos de Historia Quindiana' está dedicado a la memoria de la historiadora Olga Cadena Corrales, nuestra colega en la Academia de Historia del Quindío, a la que, además perteneció como miembro de número y de la que fue, además, vicepresidente. La profesora Cadena Corrales fue la única profesional en historia que compartió su saber con los demás académicos, todos ellos distinguidos por ser expertos en otras áreas de las ciencias y las humanidades, circunstancia que enriquecía la discusión multidisciplinaria. Sus investigaciones sobre la colonización empresarial y, en particular, sobre la Concesión Burila, permitieron conocer y resaltar un pasado de despojo y reivindicación de la propiedad de la tierra y la influencia del vecino departamento del Valle del Cauca en el poblamiento temprano del Quindío. Es igualmente meritoria su labor docente, campo en el cual nos legó sus aportes sobre la historia del Quindío, y de manera muy especial, una cartilla ilustrada sobre el tema, dirigida a los niños".
La alusión de Valencia Barrera a esta obra, mencionada en el párrafo anterior, nos muestra otra faceta de Olga Cadena. Su sencillez, reflejada en el esfuerzo bibliográfico de llegar a un segmento poblacional, el infantil, que no había accedido, en los últimos lustros, al conocimiento de su historia a través de un texto claro y rebosante de dibujos didácticos. En efecto, es encomiable el tiraje de esta cartilla sobre la historia del Quindío, "dirigida a los niños y niñas" y que publicó Comfenalco en 2004.
De su amplia obra textual en medios escritos hay que resaltar la revista VOCES, la única indexada entonces, publicada por la Universidad del Quindío, y de la que fue su cofundadora. En especial, dos artículos allí contenidos - con coautoría del también historiador José Manuel Pérez - en los números 1 (año 1996) y 2 (año 1997). Sus títulos, que nunca se alejaron de la línea investigativa de su producción académica, son los siguientes:
- Historia de Armenia, período caucano 1889 - 1908.
- Historia de Armenia, período caldense 1908 - 1966.
No podemos obviar el reconocimiento nacional que se publicó después de su muerte. Se incluyó también en el tomo 3 de Ensayos de la Academia y fue transcrito por el presidente de la Academia de Historia del Quindío, Jaime Lopera Gutiérrez. Publicado en su momento por el "Anuario Colombiano de la Historia Social y de la Cultura", del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá (volumen 39, número 2, julio - diciembre de 2013; página 293), este obituario demuestra el más expedito reflejo perceptivo que se tenía de esta excelente historiadora:
"... Dotada de una gran capacidad de análisis crítico y de consagración en el trabajo, dejó una obra abundante en contenidos e investigaciones. Inclinada hacia los estudios regionales de historia, escribió una vasta memoria sobre el nacimiento y desarrollo de la famosa Compañía Burila, que es materia de investigación permanente para quienes se interesen por la etapa colonizadora del Quindío... Discreta y de firme carácter, no hacía concesiones ideológicas pero era noble y leal en la amistad. Su legado consiste en el respeto que se le tenía por su honestidad y dedicación profesional".
No podría terminar esta remembranza, sobre la escritora insigne, sin mencionar las dos oportunidades en las que participé con ella en la producción bibliográfica de la región. La primera fue el proyecto de fascículos titulado "LA HISTORIA DE LA REGIÓN" (Proyectos Especiales de La Crónica del Quindío), en el año 2000. Fui testigo de su perseverancia para mostrar, semanalmente, la entrega fascicular más importante y bien editada de la prensa regional en los últimos 22 años. Tuve el honor de colaborar allí con dos entregas sobre la historia de mi pueblo natal Filandia. En mi segundo encuentro con ella se notaba el rigor disciplinar de su escritura. Fue en el libro titulado "DIDÁCTICA DE LA HISTORIA Y LA ANTROPOLOGÍA DEL QUINDÍO", proyecto editorial impulsado en 2005 por el también académico, ya fallecido, Nodier Botero Jiménez. Se publicó dentro de un programa ambicioso llamado Cátedra de la Quindianidad (Editorial Universitaria de Colombia Ltda., Armenia, 2005) y el aporte de Cadena Corrales es magistral, digno de consulta permanente, por traer a colación citas históricas bien trascendentales. El artículo (páginas 41 a 92) se titula "COLONIZACIÓN DEL QUINDÍO: 1842 - 1930".
Alguna de las
universidades que la acogió, o un centro de estudios académicos de la región,
debería instituir la Cátedra OLGA CADENA CORRALES para rendirle merecido
homenaje. Paz a su tumba.
Roberto Restrepo Ramírez.
Académico de Número N° 4 –
Academia de Historia del Quindío
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