Me encontré en la vida con… Oscar Jaramillo O’brien.

Industrial, emprendedor y trabajador incansable nacido en Envigado el 2 de agosto de 1927, sus padres Jorge de Santa Rosa de Osos y Dolores de Barranquilla ascendencia irlandesa. Un hermano Jorge, quién falleció a temprana edad.

Hizo sus estudios básicos en el bachillerato de la Universidad de Antioquia y mecánica industrial en el Instituto Pedro Justo Berrio de los hermanos salesianos en Medellín, culminando en 1941. Su padre tenía una mina de oro en Dabeiba y allí estuvo varios años pero en el entretanto, a la edad de 21 años, pagó servicio militar y alcanzó el grado de Cabo Segundo. En noviembre de 1949 y ante la violenta persecución política contra los liberales en la zona, vendió la mina e intervino abiertamente en defensa de sus ideas políticas siendo detenido trece meses; en la cárcel La Ladera conoció al Doctor Emiliano Guzmán Larrea, encarcelado por las mismas  razones y del cual hablaremos más adelante, gracias a su amistad fue liberado. Más tarde, en 1953, con el ascenso al poder de Rojas Pinilla, fue amnistiado.

Trabajó en Medellín y en Cali con Torres y Torres, volvió a Dabeiba en 1953; viajó a Urabá y en  cuatrocientas hectáreas de su propiedad que transformó para su explotación agrícola y ganadera, se construyó la zona urbana de Apartadó; allí generó empleo y riqueza hasta 1956, momento en el cual abandonó la región por la violencia imperante.

El 9 de junio de 1954 se casó con la dama antioqueña Liliana Caicedo, cuatro hijos: María Elena, economista, Vicepresidente Financiera en una empresa en Tampa; Luis Carlos, Contador; Mónica ,Diseñadora y Gustavo, Economista.

Colombina- Grupo Caicedo.

Con esposa e hija de brazos viajó a la ciudad de Cali a trabajar con la empresa Colombina,  durante un año. Estando en esas, Hernando Caicedo, cabeza del grupo y uno de los cacaos de la época , lo nombró agente de los negocios en Armenia ,es decir representante para los negocios de azúcar de Riopaila, Castilla, Providencia, Colombina, hoteles y otros asuntos de la empresa. En enero de 1958 comenzó sus labores ejecutivas en nuestra ciudad y en 1960, a la par con sus actividades del grupo, puso en marcha una trilladora de maíz con mucho éxito.

¡Quita las penas, mata el guayabo y da un brillo especial a la mirada!
Con esta espectacular propaganda y su visión industrial montó en la ciudad la Embotelladora Regional con Iván Gutiérrez Márquez y otros socios, dueños de la fábrica en Cúcuta, en 1964.
En 1966 compró a los socios y siguió adelante con la empresa, orgullo del Quindío para Colombia, hasta 1990, cuando fue liquidada por circunstancias ajenas a su voluntad. En total 26 años de notable trabajo en apoyo al empleo y el desarrollo económico de la región; razón por la cual recibió la primera medalla al Mérito Industrial.

Algo similar ocurrió en su constante y decidida labor comercial durante 17 años al servicio de Colombina y 25 de representación activa de las azucareras.

Liberal de raca mandaca.

Oscar no fue ajeno nunca al discurrir político y recién llegado a la ciudad se vinculó al grupo de Ancízar López, sector con el cual  fue concejal de Armenia como principal en el cuarto renglón y suplente del médico ya fallecido Héctor Murillo; más tarde se distanció del jefe liberal porque Oscar defendió con ardentía y logró la aprobación de una proposición a favor de retornar los derechos políticos de Rojas Pinilla. Jaramillo obraba con gratitud por el General que antes lo había indultado.

Este hecho lo acercó a Horacio Ramírez Castrillón, el más fuerte y obstinado contradictor de Ancízar; debo decir que fueron grandes amigos en lo personal y político por su familiaridad antioqueña y por la similitud de sus ideas libertarias y democráticas.

Banco República- Club Rotario.

Por un largo tiempo perteneció como principal o suplente de la Junta Directiva del Banco de la República de Armenia, en representación de Industria y Comercio.
Hizo parte del Club Rotario, entidad del cual fue presidente en varias oportunidades. De igual manera hizo parte de la Fundación para el Desarrollo del Quindío y presidente de su Junta Directiva.

Por la cercanía de su hogar al palacio diocesano se hizo amigo del primer obispo Monseñor Martínez Vargas, esa circunstancia lo llevó a la presidencia de la Junta Consorcio de las Parroquias de Armenia que se encargó de muchas necesidades locativas de los templos como la Catedral, el techo de la Iglesia del Sagrado Corazón, el templo de San José, Sagrada Familia, muchas más. Ayudamos mucho me dice con alegría este gran colombiano.

Junta pro- departamento.

Colaboró estrechamente en la creación del departamento y gracias a su conocimiento directo del senador Emiliano Guzmán Larrea, compañero de celda, como habíamos anotado antes, uno de los ponentes del proyecto de creación y artífice, recordando la famosa frase antes de despedirse al momento de la libertad,  ¡Pídame lo que quiera!; Oscar acudió y  aprovecho el momento histórico para solicitar su voto a favor, como realmente ocurrió.

Honrado, pulcro, ejecutivo, inteligente, Oscar Jaramillo O’brien representa al ciudadano que hace empresa y crea empleo todos los días; su señorío y tenacidad han señalado su derrotero vital, con una lucidez y una memoria pasmosa que permanece a pesar de su avanzada edad.

Es un personaje fuera de serie que supo aplicar a su condición de ejecutivo, sus innatas condiciones humanas donde prima el humanismo, la decencia y el tesón. Antioqueño de pura cepa, simboliza bien valores de pundonor y trabajo de los paisas pero quindiano por mil títulos, fue en nuestra tierra donde afirmo sus querencias y crecieron sus hijos y sus empresas.

Oscar es uno de los nuestros, un hombre grande en cuerpo y alma, un cuyabro esencial, un colombiano cuya existencia merece  reconocimiento general. ¡Bravo Oscar!

Gabriel Echeverri González

01 de octubre de 2017

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