Crónica escrita por Jaime Lopera Gutiérrez, Presidente de la Academia de Historia del Quindío. En esta página se transcribe la Introducción de la crónica, cuyo texto completo se puede leer y descargar en formato pdf haciendo clic en el enlace que se encuentra al final. (Imagen tomada de Funfondas - http://funfondas.com/historia)
Introducción
Las
actividades y proezas de los arrieros son una tradición que hace parte de
nuestra historiografía, de nuestra literatura y de nuestras costumbres. Los
arrieros —también denominados como “empresarios de a pie” en ese espléndido
libro de Germán Ferro Medina que será citado varias veces en este texto—
fueron, durante mucho tiempo, ese grupo de personajes casi legendarios, y
muchos de ellos anónimos que con su oficio le dieron a la colonización de
occidente un perfil de comercio y de comunicaciones que no tiene igual en otras
épocas.
Aquí
veremos varios aspectos de esta institución centenaria y del papel que
desempeñaron sus actores durante un largo trayecto de la vida colonial y
republicana en nuestro país. Veremos cómo los caminos de los arrieros, descritos
en muchas páginas de historiadores y viajeros, son una sucesión de rutas
mercantiles, de comunicaciones orales, de correos, cargas y negocios de toda
clase. Las fondas, donde solía transcurrir el reposo de los arrieros, no solo
eran un lugar de alojamiento y manutención, sino también un centro de
transacciones de los arrieristas, los caporales y los peones. Ellos, con su
indumentaria característica, y los enseres de sus mulas, son portadores de
ciertos valores humanos en torno a su quehacer que con mucha frecuencia se los
identifica como valores de honradez y puntualidad con los cuales se conocieron
sus actividades por todo el país.
El
cometido de los arrieristas (a quienes denominamos como los dueños de las
recuas) y de los arrieros (los peones de a pie que acompañan las recuas),
tienen un significado considerable en todos aquellos episodios que se vivieron
en torno a la construcción del eje cafetero como unidad económica y social cuya
diferenciación se ha venido alcanzando con los años. En las siguientes secciones
esperamos lograr una representación de este papel que tantas satisfacciones le
dio a la economía nacional.
Una
somera descripción muy bien lograda de la arriería sirve para introducir una mejor
comprensión del tema: “La arriería
constituía un conjunto de hábitos, técnicas, rituales y saberes necesarios para
el manejo de las recuas de mulas y bueyes destinadas al transporte de
mercancías y, en especial, del café, para lo cual se utilizaba una amplia red
de caminos de herradura, actividad que desapareció al coincidir con la
construcción de los ferrocarriles y la llegada de los automotores”[1].
Esta representación es una espléndida síntesis de un tópico que ha gastado
miles de páginas en la historia y en el folclor regionales.
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