Verdades de la creacion de la CRQ

(Editorial del diario La Crónica del Quindío del 28 de diciembre de 2014, el cual se origina por un correo que Jaime Lopera Gutiérrez dirigiera el 22 de diciembre a Miguel Ángel Rojas, director de La Crónica, con copia a los miembros de la Academia de Historia del Quindío, a propósito de un editorial que este mismo diario publicara el 19 de diciembre titulado “Los 50 años de la CRQ”) 

Una idea de Alfonso López Michelsen e Iván López Botero, con la asesoría de Jaime Lopera Gutiérrez.

A propósito de la celebración de los 50 años de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, cuyo aniversarioi real es este 31 de diciembre, es pertinente contarles a los quindianos quienes fueron los verdaderos padres de esta iniciativa en el Congreso de la República, para que no queden dudas y, en próximas ocasiones, se les rinda homenajes a quienes en verdad lo merecen. También para mirar cómo las majaderías de la política retrasan los proyectos del desarrollo regional.

Uno de los autores de la iniciativa, que fue aprobada por el Congreso el 31 de diciembre de 1964 como la ley 66, fue el senador Iván Lopez Botero.  Este recibió la recomendación del entonces jefe del Movimiento Revolucionario Liberal -MRL- Alfonso Lopez Michelsen, para que adelantara un proyecto de ley sobre el desarrollo regional que combinara las experiencias de la Misión Lilienthal y los logros de la Tennessee Valley Corp., de EEUU, uno de cuyos folletos le prestó para que se ilustrara un poco en torno a esa iniciativa.

Por aquel tiempo, un joven escritor, Jaime Lopera Gutiérrez,  le ayudaba a López Botero en sus trabajos parlamentarios.  El senador Iván Lopez invitó a Lopera, ambos de Calarcá,  al Cream Helado de Bogotá, situado en la avenida Caracas con calle 30, y muy cerca de su casa, y allí le pidió el favor de que buscara información para hacer el proyecto de ley.
Lopera trabajaba como free lance para el semanario El Observador de Jorge Child —economista de primera clase, graduado en London School of Economics—. Como Lopera estaba con la fiebre de los ensayos sobre el excedente económico (Child le decía que no podía entender a Marx sin esos conocimientos); y  estaba leyendo con furor a H. Marcuse, Paul A. Baran y Paul W. Sweezy, y otros, se entusiasmó con la idea de hacer un ensayo en torno a esos temas. En sus búsquedas, encontró la ley que había creado a la CVC, Corporación del Valle del Cauca, cuyo origen fue modelo para las corporaciones regionales que se hicieron después.

Con ese cúmulo de lecturas elaboró un primer borrador para crear la CRQ, al parecer tan complejo que el senador redactó un texto de más fácil comprensión. Cuenta Lopera que fue un proyecto que recibió los debates necesarios para convertirse en la ley 66 del 31 de diciembre de 1964, es decir que el próximo miércoles cumple sus primeros cincuenta años.

También recuerda Lopera que, como la ley provenía de la oposición liberal, o sea del MRL, el senador oficialista Ancízar López López se dio las mañas para postergar el decreto  reglamentario (Decreto 1083 de 1967) y nombrar el primer director, lo cual solamente hizo cuando ya estaba de gobernador del departamento recién creado. López asumió el cargo de primer gobernador del Quindío el 1 de julio de 1966. Con esta decisión les estaban quitando, a los del MRL, la posibilidad de que el cargo fuera reclamado por ellos, la disidencia liberal encabezada por López Michelsen. Dicha dilación, además, atrasó en tres años el funcionamiento de la entidad que ya tenía algunas cifras presupuestales listas. El consejo direrctivo de la CRQ, que asumió en el mes de diciembre de 1966, presidido por Ancízar López López, nombró como primer director de la CRQ al ingeniero Gustavo Fajardo Molina, que se posesionó en febrero de 1967. Efectivamente, la iniciación de actividades de la entidad se atrasó tres años.

Su objetivo fundamental era proyectar el Quindío como generador de su propia energía eléctrica, para diversificar su economía cafetera, de capa caída para entonces, y hacer surgir una economía industrial. Ese propósito nunca se logró. Lo cierto es que, como en su creación, la CRQ sigue ‘jugando’ su papel de proyectar el desarrollo sostenible de la región, pero al caprichoso vaivén de la politiquería. Y, como es evidente, esta no le ha permitido poner en marcha los propósitos reales para los cuales fue creada. 


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