Académico Jaime Lopera Gutiérrez |
Palabras
del académico Jaime Lopera Gutiérrez en la presentación del libro La nueva
historia de Armenia del historiador, escritor y periodista Miguel Ángel Rojas
Arias el 7 de marzo en el auditorio de la Cámara de Comercio de
Armenia y del Quindío, reunión en la que Rojas Arias ingresó como Académico de
Número a la Academia de Historia del Quindío.
Me han asignado la dichosa tarea de presentar esta ceremonia de un libro
nuevo y ejemplar. Y lo primero que es necesario decir consiste en comprender el
significado de lo nuevo cuando este vocablo lo estoy aplicando a un historiador
cuya tarea corresponde más a lo antiguo. Pero esta es la maravillosa paradoja que
nos reúne esta tarde en un especial encuentro entre amigos, colegas y lectores;
y enfrente de la novedad auténtica que representa La Nueva Historia de Armenia
y la pluma de un periodista nato que suele ocuparse de los episodios
actuales sin desdeñar los anteriores.
La relación entre periodismo e historia es estrecha. Ambas disciplinas
se basan en la investigación, la narración y la interpretación de los hechos.
Muchos periodistas e historiadores han destacado en ambas áreas, utilizando sus
habilidades para informar y educar al público. Por ello me vienen a la mente
unas palabras del periodista y escritor Winston Churchill, quien apuntó en un diario
londinense algo asi como que la historia está compuesta por los victoriosos que
la engalanan y los perdedores que la sufren.
El doble oficio de Miguel Ángel es victorioso, le viene por la sangre y
lo perfecciona con el estudio. No son pocos los desvelos de su vida para
redondear los hechos de una noticia, como también para entrevistar a un actor
cuyas andanzas --como en el caso de la viuda de Tigrero-- contribuyeron a darle
una fisonomía de corajudos colonizadores al poblado que recién se establecía.
Esa virtud de unir la noticia cotidiana con la trascendencia hacia adelante es
parte del capital intelectual que nuestro amigo aporta a esta sociedad porque, continuando
con el ejemplo, descubrió en doña Arsenia de Ocampo el hilo conductor de un
futuro que nos esperaba. Precisamente ahora, con los nuevos hallazgos en este
libro, se confirma que el progreso de Armenia es la suma de muchas esperanzas
con aciertos en la gestión hacia un porvenir que algunos, muy pocos, le han
negado por razones egoístas y menesterosas.
Nuevamente bienvenido, Miguel Ángel, al círculo cálido de quienes
venimos indagando la trayectoria de una identidad extraviada, para que esta y
las demás generaciones aprecien la bondad y el respeto hacia otras épocas donde
se gozaba de más tolerancia, de más honradez y de más civismo como atributos
para vivir y soñar algunos paraísos. (Jaime Lopera. Marzo 2024)
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