Maravillosa pintora nacida en Filandia el 21 de agosto de 1921 y fallecida el 16 de diciembre de 2016 en Manizales, su nombre de cuna fue Olga Alba Gómez, sus padres Juan de la Rosa Alba Restrepo- primo del consagrado patricio Carlos E. Restrepo- y Pastora Gómez Muriel, ambos de la colina iluminada, pero con ancestros de Pacora. En dicho hogar nació otro hermano, Arleth, quien murió joven en 1948.
Cursó sus
estudios en el colegio Sagrado Corazón de Jesús regentado por las venerables
Hermanas Bethlemitas quienes muy temprano descubrieron la vocación artística de
la joven alumna quien se formó con las reconocidas calidades del excelso
colegio; Olga amo con fervor su institución y una de sus tías perteneció a
dicha congregación, llamada Francisca. En el Instituto de Bellas Artes de
Manizales realizó estudios superiores de Artes.
Contrajo
matrimonio con el educador Carlos Chica Piedrahita, en dicho hogar nacieron
tres hijos: Un hijo varón murió en plena juventud y dos mujeres Eloina y Sonia;
Eloina cursó estudios de arquitectura en la Universidad Católica de América en
Washington, contrajo nupcias con el profesional en Ciencias Sociales Gale
Gibson, dos hijos: Andrés y Cristina María; Sonia casada con Leonel Ospina, veterano
de la guerra de Corea, ya fallecido, un hijo David, la familia Ospina Chica vive actualmente en
Santa Bárbara California, Estados Unidos . Graduada en idiomas extranjeros,
especialista en notación científica, brillante carrera científica en USA, igual
que su hijo David.
En 1954
trasladaron su residencia a Manizales.
Intensa actividad artística.
Después del
duelo por la muerte de su hijo, comenzó su consagrada vida artística en los
años setenta, sus primeros cuadros fueron de corte clásico y poco a poco
comenzó a trabajar con intensidad el estilo primitivista o arte naif o arte
ingenuo: “Fue Olga de Chica una de las primeras artistas regionales en retomar
el tema del paisaje local vinculado al café, mucho antes de que se pensase ,
siquiera, en un Paisaje Cultural Cafetero. La primitiva belleza de su obra
trasluce un optimismo típico de su escuela que para nada niega la problemática
subyacente de la región, simplemente resalta el aspecto del orgullo y
satisfacción que siente la gente la gente por la caficultura que engendró
riqueza y bienestar[1]”.
Valiosa expositora.
Entre las
exposiciones individuales se deben destacar: En la Galería de Arte en Manizales y Vallejo en
Armenia, 1975; Centro Colombo Americano de Manizales; Casa de los primitivistas
en Bogotá; Public Library Washington, en 1977, ; Banco Interamericano de
Desarrollo, Washington; Complete Galery, Oakton, Virginia, USA, en 1978;
Alianza Colombo Francesa Manizales y Centro Colombo Americano Pereira en 1979;
en 1980 en California, Bruselas Bélgica y Santa Bárbara California; en 1982 en
la Universidad de California y y Sana Bárbara ,California; en 1984 en la Sala
Múltiple del Banco República Manizales; en 1985 volvió al BID y además expuso
en Quimbaya y a Casa de la Cultura de Filandia; en 1990 en el consulado de
Colombia en Washington, y en Maryland; a donde regresó en 1994. Realizó
numerosas exposiciones colectivas en Colombia y en el exterior.
“ En la
inauguración de una exposición en el Banco de la República de Manizales se
dijo: es la artista que más ha explotado , o mejor, que más ha trabajado el
tema cafetero. En sus cuadros predomina el verde esmeralda de los cafetales y
el rojo vivo del grano maduro, en revoloteo de chapoleras, ríos y mariposas. La
casita rural y su cerco de cafetales, la montaña vertical sembrada de grano
nacional en surco de perfecta simetría… si alguien le ha hecho un honor al
cultivador cafetero esa es Olga de Chica (…)[2]”.
Postales de Unicef
El Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia con sede en New York incluyó varias
postales de navidad con obras importantes de la destacada pintora, todas
relacionadas con la cultura cafetera, distribuidas por el mundo entero.
Distinciones
Entre los numerosos reconocimientos que recibió en su brillante carrera artística, debo destacar: Primer premio Cuarto Jurado Anual de Arte en California en 1980; entre las mujeres más destacadas de Caldas y dama distinguida, ese mismo año, en Quimbaya y Filandia; Medalla Fundadores de la ciudad y Ciudadana Distinguida de Filandia en 1999; Mención de Honor de la Alcaldía de Manizales en 2004; 80 aniversario de la Facultad de Bellas Artes Universidad de Caldas, homenaje a la pintora Olga de Chica, en 2011; reconocimiento en nota de estilo del Concejo Municipal de Manizales en 2015. Recibió numerosos reconocimientos de entidades culturales y municipalidades.
Pintora de
finos trazos y estupenda utilización del color, brilló por su dedicación en el
llamado arte primitivista, arte entre los cuales es menester destacar: En
primer lugar, el muy conocido Noé León que murió en 1978; Román Roncancio,
Hernando Ariza, Gonzalo Rivera, y entre las mujeres Sofía Urrutia, Clara Inés Muñoz,
Lala González y muchas más.
El reputado
antropólogo y escritor Roberto Restrepo Ramírez señaló sobre su ilustre paisana:
“(…) Los oleos de Olga de Chica son la mejor referencia artística de su tierra
quindiana. Hicieron conocer a través de las tarjetas que los reprodujeron, a la
mujer que logró plasmar el espíritu sencillo de los paisajes de esta región (…)
cada cuadro fue plasmado con integralidad. Miremos cada uno de ellos, para
encontrar en el talante de esta gran mujer, los detalles de la triada Sociedad-
Naturaleza Cultura que experimentó con ahínco. Son sus vivencias transmitidas
al arte. No dejó escapar ningún aspecto que tuviera relación con las
actividades culturales del campo y la ciudad (…)[3]”.
En efecto, el temperamento artístico de la notable pintora de la tierra, que se definió por el bien llamado primitivismo, subsumió de sus fuentes fundamentales y trascendió fuera de sus confines, donde fue bien valorado su estupendo trabajo pictórico.
Orgullo bien cimentado de la tierra que la vio nacer, con su familia, esposo e hijas demás familiares, la descendencia supo proyectar una obra magnífica de la mano mágica de una gran artista.
Gracias a la
especial colaboración del académico y gran amigo Roberto Restrepo Ramírez, he
tenido en mis manos y consultado el estupendo libro “El Paisaje Cafetero de
Olga de Chica”, preciosa obra editada por el historiador Pedro Felpe Hoyos
Korbel y escrita por Fernando Macías Vásquez; Restrepo Ramírez ha sido
invaluable colaborador en la organización de esta semblanza, y desde luego la
hermosa familia de la artista. Debo confesar mi orgullo e inmensa alegría al
resaltar el valioso y estupendo legado de la maestra de la tierra Olga de Chica,
ejemplo de consagración y laboriosidad, cuya obra se exhibe en muchos
lugares de Colombia y el mundo y, desde luego, en el bello Museo de los Abuelos
de Filandia. Una dama que consagró su vena en bellas pinturas, que llevan por
los confines, la belleza artística de una creadora de la tierra. !Bravo!
Gabriel
Echeverri González.
Académico de
Número de la Academia de Historia del Quindío.
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