Ancízar López López firmando su posesión como primer gobernador del Quindío |
La Ley 2da de 1966 que creó el Departamento del Quindío empezaba a tener vigencia el primero de julio de ese año. El promotor de la ley en el Congreso de la República, Ancízar López López, volvió a Armenia dos días después de haberse aprobado la creación del Departamento en el Senado. En la ciudad había algarabía y contento. Ancízar celebró con sus coterráneos.
La Ley 2da de 1966 se había aprobado el 19 de enero de 1966, y se había sancionado por el presidente Guillermo León Valencia Muñoz el 7 de febrero de ese mismo año. En mayo siguiente, Ancízar López sale del país, delegado por Colombia al Primer Congreso Hispano-Filipino de Turismo en Madrid, y permanece mes y medio en Europa. Volvió a Bogotá avanzado el mes de junio y cuando llegó a su oficina de la Cámara de Representantes encontró un mensaje del Ministro de Gobierno, Pedro Gómez Valderrama, diciéndole que lo necesitaba con urgencia.
“Me comuniqué de inmediato con el doctor Gómez Valderrama y me dijo que el señor presidente Valencia lo había comisionado para que me ofreciera la gobernación del Quindío, que quiere que usted sea el primer gobernador, que allá hay muchas intrigas, hay mucho aspirante, pero que él no podía nombrar a otro gobernador, que no fuera Ancízar López”.
La mayor confrontación por la gobernación se
presentó con el entonces alcalde de Armenia, el médico Hernán Palacio
Jaramillo, que en su condición de primera autoridad del municipio propugnó para
que se le nombrara gobernador, según lo relató el propio López[1].
Narró Ancízar que, incluso, el alcalde Palacio creó el Servicio Departamental
de Salud del Quindío y nombró al médico Rubiel Mejía como su jefe, lo que él
deshizo el día siguiente de su mandato, creó con un nuevo decreto el servicio
de salud y nombró como primer jefe a Óscar González Mejía.
La sanción de la ley
El presidente de la República había previsto sancionar la ley 2da del 19 de enero de 1966, en un acto público en su despacho, el Palacio de San Carlos, el 7 de febrero de ese mismo año. Para tal fin invitó una nutrida delegación de quindianos, especialmente a los congresistas de esta porción territorial. Ancízar López llegó al lugar cuando ya se había terminado el acto y se encontró en los pasillos del Palacio con el también senador Rodrigo Gómez Jaramillo, con quien había dado la batalla para lograr la aprobación de la ley que creó el departamento.
López había previsto estar en el acto de sanción de la ley, pero un percance en el avión que debía de viajar desde Pereira a Bogotá, se lo impidió. Él mismo lo narró después en los siguientes términos: “Yo me fui por el aeropuerto Matecaña de Pereira, en un avión DC4 que tenía el itinerario de las 10 de la mañana. Viajaba con Humberto Cuartas Giraldo y Enrique Gómez Restrepo. Después de salir, al cuarto de hora, al avión se le reventó el hidráulico, botó el aceite, volamos hora y media sobre Pereira hasta que consumimos la gasolina y aterrizamos de emergencia. Se había quedado sin frenos, sin dirección, sin nada porque no tenía hidráulico. En ese avión iba Álvaro Gómez Hurtado. Ahí nos dejaron hasta las dos de la tarde, que trajeron el repuesto de Bogotá para cambiar una pieza, una manguera que se había roto. Cuando lo repararon, Humberto Cuartas y Enrique Gómez Restrepo no quisieron volver a subir y se devolvieron para Armenia. Yo sí lo hice, pero cuando llegué a Bogotá, a las cinco de la tarde, me encontré con Clarena Gómez y Rodrigo Gómez Jaramillo, que estaban saliendo del Palacio, pues ya se había terminado la ceremonia de sanción de la ley. Me la perdí”
La posesión
María Teresa López Botero, hija de Ancízar López López, recuerda que en esa mañana del 1 de Julio de 1966 cuando su padre asumió el cargo, acompañó a su mamá Cornelia Botero y a sus hermanos a recibir a su padre al aeropuerto El Edén. “Apenas pudimos verlo bajar por las escaleras del avión, porque una multitud nos lo arrebató, lo subieron en un carro de bomberos, y lo llevaron en un desfile por la vieja carretera de Santa Ana y luego por las calles de Armenia“, recuerda con nostalgia.
Cuando López llegó a su casa para almorzar, antes de la posesión, se dio cuenta que no tenía en sus bolsillos la billetera, había perdido el dinero que traía en sus bolsillos, el pañuelo y su fina pluma Parker, con la que firmaba todos sus documentos[2].
Ancízar López López fue nombrado gobernador del Quindío el 24 de junio de 1966 por el presidente de la República Guillermo León Valencia Muñoz, a través del Decreto 1551, el mismo día en que el país conmemoraba 31 años de la muerte en Medellín del cantautor argentino Carlos Gardel. Ocho días después, López López asumió el cargo, a las dos de la tarde, en un acto público realizado en la plazoleta del parque de Los Fundadores, ante el Tribunal Superior de Armenia, juramento que lo tomó el presidente de esa corporación José Luis Ramírez Hoyos, con la presencia del propio presidente de la República y ocho de sus ministros.
De acuerdo con testigos, en la avenida Bolívar, cerca al parque de Los Fundadores, había entre 30.000 y 40.000 personas que no querían perderse este acto. Vinieron personas de varias partes de Colombia, incluyendo al gerente de la Federación Nacional de Cafeteros Arturo Gómez Jaramillo, muchos de sus dignatarios y ciudadanos de Pereira, Manizales y Medellín[3].
Una de las cosas más sorprendente de este acto fue la asistencia del propio gobernador de Caldas, General Armando Vanegas Maldonado. La lógica era que como departamento damnificado de este procedimiento legislativo de secesión, su gobernador no concurriera a esta cita. Sin embargo, estuvo aquí, en primera fila. Su condición de gobernador militar le facilitó las cosas, y le evitó críticas de sus gobernados. Vanegas había sido nombrado tras la dificultad del presidente para encontrar una persona que le aceptara el cargo, pues nadie quería sentirse responsable de la separación del Quindío, primero, y después de Risaralda.
Solo tres miembros de su familia lo pudieron
acompañar a la mesa principal donde tomó posesión: su esposa Cornelia Botero
Mejía y sus hijas mayores, Claudia Constanza y María Fernanda. Los demás
miembros de la familia tuvieron que observar desde la terraza de una vieja casa
vecina, el añorado acto con el que se sellaba la segregación de Caldas. La
multitud se agolpó en la plazoleta del parque y en las calles aledañas, pues
nadie se quería perder el momento de la posesión del primer gobernador, lo que
le daba vida material a esa idea independentista que se llamó departamento del
Quindío.
Los discursos
En el parque Fundadores, y luego de jurar como gobernador, Ancízar López pronunció un discurso de agradecimiento al parlamento colombiano y al propio presidente por haber atendido la petición del pueblo de crear este departamento.
Luego del discurso, el recién posesionado gobernador y la comitiva presidencial desfilaron hasta la plaza Bolívar, donde en un multitudinario acto público habló el presidente Valencia, que en una alocución improvisada recordó cómo su padre, el entonces senador de la República y reputado poeta de la patria Guillermo Valencia, había denominado a Armenia, la ciudad que adquiría el título de capital del Quindío, como la Ciudad Milagro de Colombia.
Los actos terminaron entrada la tarde y las comitivas se trasladaron al club América para celebrar el inicio de actividades político-administrativas del nuevo departamento, fiesta que fue financiada por la Federación Nacional de Cafeteros, según lo detallara después el propio gobernador.
En el club América, el turno para hablar le correspondió al exalcalde y dirigente conservador Helio Martínez Márquez, que empezó con la siguiente oración: “Cuando los pueblos tienen cita con la historia, es deber de todos sus hijos abandonar los patrios lares para responder por la totalidad de sus compromisos y defender la intangilidad de sus derechos“.
Martínez Márquez hizo una disertación histórica sobre el poblamiento del Quindío y las razones que tuvieron sus gentes para constituirse en Departamento.
Hoy, 56 años de este acontecimiento histórico
para los quindianos, es necesario mantener viva su memoria, aunque casi todos
sus protagonistas, valientes hombre y mujeres de nuestra tierra, ya hayan
partido. No olvidarlos es un compromiso de la quindianidad.
Miguel Ángel Rojas Arias
Director del periódico El Quindiano.
[1] LÓPEZ, L. José Ancízar. Conferencia dictada el 4 de junio de 1975 en el aula máxima de la universidad del Quindío. Original a máquina de escribir.
[2] LÓPEZ,
Botero, María Teresa. Entrevista del autor para este documento.
[3] LÓPEZ, L.
José Ancízar. Conferencia dictada el 4 de junio de 1975 en el aula máxima de la
universidad del Quindío. Original a máquina de escribir.
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