Distinguida
matrona, baluarte cívica y pintora excelsa, nacida en Medellín en 1908 y
fallecida en Armenia el 23 de noviembre de 1998, sus padres Miguel Jaramillo Mejía de Rionegro y María Josefa
Uribe Arellano de la Ceja. Con seis hijas: María, Carlina, Emilia, Matilde,
Gabriela y Esther; para la época del nacimiento de Emilia, Miguel
era el flamante gerente del Ferrocarril de Antioquia.
Hacia los años veinte Miguel trasladó
la familia a Bogotá ciudad en la que floreció el abuelo Miguel Jaramillo Chorem quién
había cursado estudios de derecho en la universidad de París y fundado el
famoso colegio Caldas; Emilia
comenzó estudios de arte y arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas
Artes con profesores franceses, en su mayoría, y a lo largo de su
vida proyectó admirablemente su notable vocación de pintora.
De sus primeras obras, debo destacar el
mural principal de la Exposición
Industrial Nacional para el Pabellón del Tolima hacia 1925 e
incursionó en negocios de antigüedades con mucho éxito, sin descuidar sus
actividades artísticas cotidianas; en este período de su bella juventud cosechó
numerosas amistades en la política, las letras y el arte, como Germán Zea Hernández, un enamorado de
su belleza, Guillermo León Valencia, Mariano Ospina, Antonio Álvarez Restrepo y
otros.
En 1934 contrajo matrimonio con José Manuel Jaramillo Uribe nacido en Neiva. Bachiller en letras y filosofía de la universidad de Antioquia el 27 de octubre de 1904, siendo rector Tulio Ospina; interesante personaje, gran lector y comerciante en telas, cafetero y ganadero.
En 1934 contrajo matrimonio con José Manuel Jaramillo Uribe nacido en Neiva. Bachiller en letras y filosofía de la universidad de Antioquia el 27 de octubre de 1904, siendo rector Tulio Ospina; interesante personaje, gran lector y comerciante en telas, cafetero y ganadero.
En primeras
nupcias con Inés Uribe Bernal tuvo cuatro hijas: Soledad,
Marina, Aleyda y Soleil; ya viudo, en el matrimonio con Emilia en el
corregimiento el Ocaso de la ciudad de La Mesa, cuatro hijos: José Manuel,
Rodrigo ya fallecido, Elsa —reina de los periodistas— y José Miguel, conocido
arquitecto. Fijaron su residencia
en nuestra ciudad amada. Se recuerda que Elsa fue una dama cívica
conocida: Las señoritas Elsa Jaramillo Jaramillo y Carlota Escobar Gutiérrez,
aportaron para la construcción del hospital de zona de Armenia y unidas a ellas
estuvieron Carmelita Londoño Botero y Luz Estella Vélez Mejía; fueron
participantes, en el reinado que buscaba aportar para el equipo de rayos X, del
Hospital de Zona, fue lo que se propusieron los organizadores del reinado del
carnaval que celebraba los sesenta años” (1).
Fue protagonista en primera línea de las Juntas pro creación del departamento
del Quindío, presidenta de la primera junta, sobresalió por el trabajo
de contactos y cabildeo que había hecho en Bogotá, gracias a su gran simpatía y
capacidad de hacer amigos y conocer personas.
Se vinculó a
la SMP y con el apoyo de don Emilio Acosta, promovió y construyó bajo sus
directrices el Parque El Edén, lateral al aeropuerto, sitio de recreación
popular durante muchos años; en su calidad de presidente de la SMP fue
artífice en la consecución de recursos en la capital, con destino a las
escuelas de sectores pobres de la ciudad; fue muy activa en colaborar con la correccional de menores que
contó con una sede en el sector que hoy ocupa el Sena Agropecuario, y
luego trasladada al sur del aeropuerto el Edén; en su labor pictórica diseñó y
remodeló la casa donde funcionó el club social Club América; algo similar hizo
con su casa de residencia bellísima edificación de estilo colonia, donde hoy
funciona almacenes Olímpica. Además hizo los planos y construyó la capilla de
Vallejuelo en Zarzal.
A la par con su esposa, el brillante
José Manuel realizó múltiples actividades cívicas como la promoción y
construcción del aeropuerto El Edén, con otros ciudadanos, uno de los promotores de La Cámara de
Comercio, el batallón de Ingenieros Cisneros y fundación del cuerpo de Bomberos.
La pareja trabajaba de consuno por obras sociales en beneficio
de la ciudad hasta 1958, cuando falleció el distinguido esposo Jaramillo Uribe.
La Asociación de Sociedades de Mejoras
Públicas de Colombia le otorgó en
1959 la Medalla de Mérito Cívico Nacional, una altísima distinción a su
admirable tarea en bien de la ciudad; años más tarde el Senado de la República
le impuso la Medalla de Mérito
Cívico Nacional, en ceremonia efectuada en el mismo Congreso. Recibió
numerosas condecoraciones y reconocimientos a su admirable actividad
social y artística.
La notable crítica de arte, museóloga y
curadora María Cristina Mejía señaló
sobre su acabado y valioso trabajo artístico: “Pinturas al
aleo de corte clásico, con un excelente manejo de la luz y el color, donde la
naturaleza como su protagonista especial se integra a las edificaciones o
constituye el primer plano de las obras”; una pintora de escuela y de largo
aliento que pintaba con amor y conocimiento, muchas de sus obras se encuentran
en las casas de amigos y coterráneos.
Emilia Jaramillo Uribe de Jaramillo fue una dama maravillosa, bella y atractiva que brilló con luz propia como aventajada líder cívica y como artista valiosa; su formación personal, el legado de su familia, su actividad social en su juventud bogotana, le permitieron desplegar una colaboración inconmensurable a la creación del departamento, a su esposo en las tareas cívicas, a la vida social y artística de la ciudad milagro. Madre de una reina como Elsa Jaramillo, Emilia logró el cariño de las gentes de la ciudad en todos sus estratos sociales, gracias a su simpatía desbordante y su gran don de gentes.
Emilia Jaramillo Uribe de Jaramillo fue una dama maravillosa, bella y atractiva que brilló con luz propia como aventajada líder cívica y como artista valiosa; su formación personal, el legado de su familia, su actividad social en su juventud bogotana, le permitieron desplegar una colaboración inconmensurable a la creación del departamento, a su esposo en las tareas cívicas, a la vida social y artística de la ciudad milagro. Madre de una reina como Elsa Jaramillo, Emilia logró el cariño de las gentes de la ciudad en todos sus estratos sociales, gracias a su simpatía desbordante y su gran don de gentes.
Con el amigo y arquitecto José Miguel
Jaramillo recorremos el espacioso apartamento que fue la última morada de
su señora Madre: todos los espacios de los corredores, la sala y aún los
recovecos, están ocupados por la
belleza exhibida de muchos cuadros pintados a lo largo de su existencia;
el visitante queda extasiado por lo que observa, apenas una parte de la obra
completa.
Una antioqueña de pura cepa, amable,
exuberante y pletórica de buenas maneras y gentileza, que sentó su
residencia entre nosotros y a su
alrededor formó una familia admirable.
Emilia es un gran ejemplo para
las nuevas generaciones porque su trayectoria social y
artística es la imagen de una
mujer que supo servir bien a su Patria y a nuestra región, una
bella dama con todas las letras en la primera línea de nuestra gran
historia.
Gabriel Echeverri González
Miembro de Número de la Academia de Historia del Quindío.
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