María Eugenia Beltrán y su esfuerzo por preservar el patrimonio del Quindío


Entrevista a María Eugenia Beltrán Franco publicada por el Diario La Crónica del Quindío el 10 de octubre de 2019. María Eugenia es Miembro de Número y Fiscal de la Academia de Historia del Quindio.

La arquitecta y vigía del patrimonio del departamento, María Eugenia Beltrán, tiene una larga trayectoria en conservación y preservación de nuestras raíces. Fue condecorada en la celebración de los 20 años del VI Encuentro Departamental de Patrimonio. Es miembro de la Academia de Historia del Quindío y participó de la declaración del Paisaje Cultural Cafetero como patrimonio mundial. 
 
¿De dónde es?

Todos pensarían que soy quindiana, pero soy de Ocaña, Norte de Santander, siempre digo que soy un accidente laboral de mi papá, él era ingeniero civil y trabajaba para el gobierno en los años 50, cuando Colombia consideraba que hacer vías que comunicaran con Venezuela era muy importante. A mi papá lo mandó el presidente de la época, Mariano Ospina, a especializarse en Estados Unidos, para que cuando volvieran se dedicara al tema de vías y fue mandado a Ocaña, y allá nací. Pero él es calarqueño y mi madre también.

Además del Quindío, ¿dónde más ha realizado su ejercicio profesional?

Estuve 10 años en Cali como docente universitaria en la San Buenaventura en el área de planificación territorial y por azares de la vida me llamaron de la universidad La Gran Colombia y fui la primera decana de la facultad de Arquitectura, allí gradué las primeras tres promociones que cumplen hoy 20 y 21 años de egresados, con algunos de ellos he trabajado. 

¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos para trabajar con patrimonio?

Como decía antes, nunca imaginé llegar a tener tanta cercanía con ese tema, porque mi fuerte era el de planeación, pero con la universidad La Gran Colombia tuve la fortuna de hacer una especialización en restauración de patrimonio arquitectónico, fui de la primera cohorte, pero lo hice realmente por goma, me encantaba lo relacionado con el patrimonio pero nunca me imaginé que mi vida se fuera a centrar ahí. En el ejercicio profesional, cuando uno trabaja planificación territorial, todos los caminos conducen a los centros de ciudad, y en el caso de Armenia, que para mí fue para tomar conciencia de varias cosas, en una convocatoria que presenté, manejé el tema Armenia, una ciudad en permanente evolución, ya que ha cambiado más o menos unas 9 veces de plaza Bolívar, entonces no crecía para afuera, sino que tumbaba el mismo sector histórico y volvía a construirlo, por eso no tiene centro histórico. Esa convocatoria la gané y logré hacer mi primera publicación en 2003 y también mi interés por hacer investigación. 

¿Cómo llega a involucrarse con el tema de la declaración del PCC como patrimonio mundial?

Tuve la fortuna de que el gobernador de la época me nombrara par académico cuando la Unesco trataba de probar si ese dosier que se había radicado en París, era o no realidad. Con el comité de cafeteros acompañé la misión de visitar los municipios y las zonas rurales con dos profesionales de la Unesco, una arquitecta jamaiquina, que estaba haciendo un doctorado sobre patrimonio, y una ingeniera forestal ecuatoriana, que desarrollaba su trabajo profesional en Guatemala. Nosotros fuimos quienes dimos el aval para que el PCC fuera reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco. 

​¿Cuáles son los más grandes problemas que tiene Armenia en cuanto a patrimonio?

Muchos, pero uno de los más visibles es el abandono de La Estación, un lugar que ya cuenta con todos los permisos de Invías y del ministerio de Cultura, pero que por negligencia y mala voluntad de los abogados de la alcaldía, no se ha concretado nada y la ignorancia jurídica a veces es peor que la sagacidad; esperamos que el nuevo alcalde pueda hacer toda la renovación urbana.

Carolina Marín - Periodista La Crónica.

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