Hace cien años
EL GRAN TERREMOTO DE TUMACO - ESMERALDAS,
31 DE ENERO DE 1906
Tomado de Espinosa, A., 2012.
Enciclopedia de Desastres Naturales Históricos de Colombia, volumen 5. Academia
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales – Universidad del Quindío.
1999 p. + Banco de Historia Sísmica de
Colombia (Banco interactivo de sismos sentidos en Colombia entre 1550 y 2000).
Edición electrónica, Bogotá.
El 31 de enero de 2006 se cumplió
el centenario del único sismo colombiano que ha recibido el calificativo de gran terremoto, el terremoto de Tumaco.
En el momento en que ocurrió fue el de mayor energía liberada en la historia
del mundo y desde entonces menos de diez eventos lo han superado. En realidad
su epicentro estuvo localizado en el Océano Pacífico relativamente lejos de la
costa colombiana, a unos docientos kilómetros de Tumaco, y más cerca de la
ciudad ecuatoriana de Esmeraldas. En el
vecino país es conocido como el Terremoto
de Esmeraldas pero las publicaciones sismológicas a nivel mundial lo
señalan como el Gran terremoto de Colombia (Scheu, 1911) ó como el Terremoto
Colombiano del 31 de enero de 1906 (Rudolph y Szcirtes, 1912). En los estudios
más recientes hemos convenido llamarlo el Terremoto de Tumaco – Esmeraldas (ver volumen 2 de la Enciclopedia).
Los datos instrumentales del terremoto de Tumaco – Esmeraldas son, según
el catálogo de la Red Sísmica Nacional de Colombia:
Epicentro: 1.0 N, 81.5W
Profundidad: 25 km
Magnitud: 8.9
Intensidad máxima: X
Hora: 15.35 GMT
Los datos anteriores son los mismos que fueron determinados por las
redes internacionales en el momento de ocurrencia del sismo y que fueron
recogidos por el primer catálogo colombiano (Ramírez, 1975); no había entonces
ningún sismógrafo en Colombia y los estudios posteriores no aportaron
modificaciones a las primeras determinaciones.
EFECTOS DEL SISMO
Los efectos directos del sismo fueron sentidos en un área muy grande que
cubre prácticamente los territorios de Colombia y Ecuador. Curiosamente, en el
área continental colombiana más cercana al epicentro los efectos directos
fueron menores en gravedad que los efectos inducidos: en Tumaco muchas
construcciones pequeñas resistieron a las pavorosas vibraciones. Testimonios
autorizados afirman que durante más de cinco minutos fue imposible mantenerse
en pie y había que sostenerse en objetos pesados para no ser proyectado. Los
pocos daños en las construcciones en Tumaco tienen su explicación en que ya en
esa localidad el sismo fue sentido como un evento lejano y por lo tanto no hubo
efecto de resonancia para las construcciones pequeñas, las cuales eran además
muy livianas. No fue ese el caso en las demás ciudades del país; Pasto, Popayán
y Cali vieron sus iglesias y edificios seriamente averiados, y el sismo se
sintió muy fuertemente hasta Medellín y Bogotá, ciudad esta última donde
alcanzó a mover objetos (ver mapa de intensidades, figura C7.1). Efectos
similares se observaron en el Ecuador, donde causó daños graves en Esmeraldas y
daños intermedios en Ibarra, Otavalo y otras ciudades. En Quito se sintió muy
fuerte.
Las transformaciones en las costas fueron notables. Solo después de tres
días el mar regresó a su nivel normal; los capitanes de los barcos que
circularon entonces informaron que una parte de la isla Gorgona había
desaparecido; un fenómeno similar fue señalado en varios puntos como Cabo
Manglares, Salahonda, Mulatos y otros. Muchas playas y pequeñas islas
desaparecieron y un levantamiento de la costa colombiana en un gran segmento fue
señalado por uno de los barcos que cruzaron la zona. Muchísimas grietas se
observaron a lo largo de la costa; en uno de los puntos señalados, Cabo
Manglares, por ellas salió proyectada agua caliente con arena.
Figura C7.1. Mapa generalizado de intensidades del terremoto de Tumaco –
Esmeraldas (Escala MSK).
Los efectos inducidos fueron, de lejos, los más grandes causantes de
daños. El principal fue el tsunami, que llegó a las costas colombianas media
hora después del sismo alcanzando en algunos puntos alturas cercanas a los diez
metros. Afortunadamente los puertos fueron poco afectados, por su posición en
la costa (fue el caso de Buenaventura y Guapi) o por estar protegidos por islas
como las que están frente a Tumaco. A lo largo de la costa no obstante la
destrucción fue general y, adicionalmente, por los ríos y quebradas la ola
subió muchos kilómetros destruyendo poblaciones y caseríos. La dimensión del
fenómeno puede evaluarse en uno de los mayores ríos de la cuenca colombiana del
Pacífico, el San Juan: este fue represado e inundó vastas zonas causando gran
destrucción. El tsunami fue detectado según Scheu (1911) en América Central,
California y Hawai. Las comunicaciones internacionales por telégrafo fueron
interrumpidas durante varias semanas por la ruptura de los cables submarinos en
un gran número de puntos hacia el sur y hacia el norte de Buenaventura (Scheu, 1911).
El número total de víctimas nunca pudo ser evaluado con precisión.
Algunos estimativos hechos en las semanas siguientes hablan de hasta dos mil
quinientos muertos. Quizás la cifra de dos mil víctimas se acerque a la
realidad; cifra enorme si se tiene en cuenta la baja densidad de la población
en la zona en aquella época.
EFECTOS EN EL ANTIGUO CALDAS
Disponemos de pocas informaciones sobre los efectos del sismo en el
Quindío, en razón de que este se hallaba entonces muy poco poblado. No
obstante, se sabe que en Manizales se sintió muy fuerte y causó daños; se habla
de tres casas detruidas y daños en construcciones altas. La gobernación de
Caldas envió mensajes a los alcaldes del departamento solicitando información
sobre posibles daños.
En Pereira el sismo dejó honda huella en la historia de la ciudad pues
destruyó parcialmente la catedral de Nuestra Señora de la Pobreza, entonces en
construcción. La iglesia fue reconstruida adoptando la tendencia del llamado estilo temblorero (figura C7.2) y a
partir de entonces este se generalizó en las casas que se construían en la
región. El citado estilo había nacido en la región de Manizales después de los
destructores terremotos de febrero y septiembre de 1878 y consistía en una
planta baja rígida, en ladrillo, y una planta alta flexible, en madera o en guadua.
Durante la mayor parte del siglo XX se creyó que esa forma de construir era
realmente sismoresistente pues sobrevivió a grandes sismos como los de 1938,
1961, 1979. La razón era otra: todos ellos fueron sismos lejanos y por lo tanto
no afectaron las construcciones bajas. Los sismos superficiales recientes, en
particular el más grave de ellos: el terremoto del Quindío en 1999, lo comprobaron
pues buena parte de las casas de vivienda de construcción tradicional sufrió
graves daños.
Figura C7.2. Los daños causados por el terremoto de
1906 llegaron hasta Pereira cuya catedral, entonces en construcción, sufrió
serios daños. El edificio actual adoptó el llamado estilo temblorero. Tomado de
Anónimo (2003).
BIBLIOGRAFÍA
Anónimo, 2003.
Catedral de Pereira. Recorrido histórico en la Catedral de Nuestra Señora de la
Pobreza. Fundación Pro Reconstrucción de la Catedral, Gobernación de Risaralda,
Pereira, 19 p.
Ramírez, J. E., 1975. Historia
de los terremotos en Colombia. 2° edición.
Inst. Geogr. Agustín Codazzi, Bogotá, 250 p.
Rudolph, E., y Szirtes, S., 1912. Das Kolumbianische Erdbeben am 31 januar 1906. Gerlands Beitrage zur geophysik, Band 11,
Terlen I, II, 132 – 199, Tert III, 207
– 275.
Scheu, E., 1911.
Catalogue régional des tremblements de terre ressentis pendant l’année
1906. Publications du Bureau Central de
l’Association Internationale de Sismologie, Série 8, Catalogues, p. 36 – 44.
2 Comentarios
esta basura no dice nada jajajajajaja me gusta comer pupusas xd :v
ResponderBorrarholiwis
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