Descubrimiento de la provincia de Toche por Galarza

 

Andrés López de Galarza, por encargo de la Real Audiencia de Santafé, fundó a Ibagué, el 14 de octubre del año 1550. Después de su fundación, Galarza salió a descubrir la Provincia de Toche, también escrita Tocha, pasando luego a la provincia de Tocina, que estaba situada junto al nevado.

 

Paso del Quindío, Camino del Quindío.

“Había entre la ciudad de Tocaima, del Nuevo Reino, y la villa de Cartago, de la gobernación de Popayán, ciertas poblaciones y valles de indios muy belicosos y guerreros que impedían la atravesar y pasar de un pueblo a otro y de una gobernación a otra por breve camino, y causaban que los viandantes y la comunicación y comercio de estas dos gobernaciones fuese por partes y caminos muy largos y ásperos y malos, llevando la derrota por los pueblos de Neiva y Timaná, por donde se pasaba un muy largo y despoblado páramo, tan frío y perjudicial que en él se helaban y perecían muchas personas de las que habían de andar esta jornada; y demás de esto y de la aspereza y maleza de este camino, se hacía un grande rodeo de muchas leguas, que doblaba el trabajo a los que lo caminaban su grande longura”.

Los guerreros y combativos Pijaos impedían el tráfico por el breve camino que comunicaba a Santafé con la gobernación de Popayán, por la montaña del Quindío. Por tal motivo, debían cruzar por un largo, frío, y despoblado páramo (Guanacas), donde se congelaban y morían muchas personas y sus caballerías. Camino áspero y malo, que ostentaba gran distancia, pasando por Neiva y Timaná.

Ante esta circunstancia, la Real Audiencia comisionó para que poblase y fundara un pueblo, y estableciera un camino por donde con más comodidad se comunicaran los pueblos del Nuevo Reino con los de la gobernación de Popayán.

Un cacique llamado Bombo, Galarza obtuvo información que de la otra banda de la cordillera se podría pasar adelante por un camino hacia Cartago. Para refrendar lo que los indios le habían dicho, Galarza envió algunos soldados a lo alto de la sierra, para que echaran un vistazo para verificar lo que el cacique Bombo decía, y comprobado, volviesen sin pasar más adelante a darle aviso de todo para determinar lo que más conviniese, y ver si seguían adelante o si tomaban otro rumbo.

Los soldados subieron a la cordillera, y por noticia que algunos indígenas les habían dado, juzgaban estar muy cerca de Cali y Bugalagrande, de la gobernación de Popayán. Con esta noticia volvieron a dar cuenta Galarza, quien se devolvió, con voluntad y determinación de en ella poblar y fijar un pueblo (al primitivo Ibagué), en el año de mil quinientos cincuenta. Después de la fundación, y por petición de parte de sus soldados, Galarza salió al descubrimiento de la provincia nombrada de Toche; llegado a ella, halló abundancia de alimentos que los naturales tenían, y descansó algunos días con su gente.

Durante su estadía, Galarza envió a dos soldados, llamados Ricardo y Hoyos, para que inspeccionaran los terrenos de una sierra, para que descubrieran lo que había en dichos terrenos. Los comisionados, llenos de codicia, se fueron a ranchar, por lo que desviaron el camino y destino que Galarza les había indicado, trasladándose a unos pueblos de indios, en un valle denominado Toche, antes de llegar a la sierra, donde fueron sorprendidos por indios, quienes les dieron muerte y les desollaron los rostros, lo cual acostumbraban a hacer con los enemigos, para tenerlos como máscaras en sus bailes y borracheras.

Conocida la suerte, y el daño que los indios habían hecho, determinó volver a Ibagué, para preparar más armas, municiones y soldados, para volver a Toche, y castigar a sus moradores por el atrevimiento y daño que habían hecho. Al volver Galarza a Toche, arremetió sin piedad contra los indígenas, matando e hiriendo a más de quinientos que eran los que estaban en la pelea, de los cuales no volvió ni la décima parte a sus casas. Los indígenas fueron exterminados, después de esto matanza, pasó Galarza con su gente a otra provincia llamada Tocina, que estaba ubicada junto al nevado, y la pacificó, y luego volvió a Ibagué.

En 1553 Melchor de Valdés, ante el pedido de auxilio hecho por los pobladores de Ibagué que estaban siendo sometidos al asedio por los jefes pijaos: Titamo y Quicuyma, salió de Santafé con un buen número de soldados los cuales pusieron en huida a los indios. A la sazón, encontró un camino que usaban los nativos para remontar la cordillera, por el cual hizo el Camino del Quindío, para comunicar a Ibagué con Cartago. El conquistador Galarza entró en conflicto con Melchor Valdés, motivo por el cual se devolvió a Santafé. Valdés se dedicó a explotar el camino.

En 1553 este rico español ordena los trabajos de ampliación del recién descubierto Camino del Quindío dejándolo transitable para animales de carga y acortando el viaje de Santafé a Popayán en veinte días. En honor le asignó el nombre de Valdesina al distrito que se debía fundar en Toche.

En 1570, no se podía recorrer por estar los indios en guerra.

En 1627, fue reabierto, pues estaba abandonado desde la guerra con los Pijaos.

En 1776, se reabrió y mejoró el Camino del Quindío, trabajo que se hizo a cargo de los vecinos de Ibagué, Cartago, Buga y Cali.

En 1791, Sebastián de Marisancena fundó el caserío de La Balsa, por donde pasaba el camino.

En 1801, Humboldt recorre el Camino.

Longitud: 98 kilómetros

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

Academia de Historia del Quindío – Académico de Número 7

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