Hizo sus estudios básicos en su ciudad natal; contrajo matrimonio a la edad de 16 años, con el apreciado empresario agricultor y ganadero Benjamín Velásquez Jaramillo -hermano del ilustre dirigente y hombre de empresa Julián Velásquez Jaramillo[1], fijando su residencia en la bella Ciudad Milagro. En este hogar nacieron nueve hijos: Libia, casada con Roberto Noriega, una hija; Jaime unión con Aleyda Maya, tres hijos; Ofelia, matrimonio con Eduardo Cárdenas, tres hijas; Aníbal; Sofía, casada con Bernardo Arango, cuatro hijos; Helena, casada con Alberto Arias Suárez, cinco hijos; Gonzalo, con Luz Estella Gallego, tres hijos; Luis, unión con Cecilia Ramírez, tres hijos y Benjamín, matrimonio con Yolanda Jaramillo, dos hijos. Familias que se han destacado por su tesón y vocación social, en la región y el país.
Viuda a los 26 años con 8 hijos y esperando al noveno, Merceditas fue una de las más grandes matronas del Quindío en todos sus tiempos, fervorosa defensora de los más pobres y valiosa dirigente cívica.
Participó con entusiasmo en la creación de la UQ, su nombre figura en la bella placa que la Universidad erigió en la entrada principal en homenaje a sus fundadores; el exministro de Estado y escritor de grandes condiciones, Otto Morales Benítez escribió en su obra Historia de la Universidad del Quindío: “La palabra Universidad fue levantándose en las emociones de las gentes del Quindío como la de Tierra en los compañeros de Colón. Ella entrañaba la franja de esperanza que se veía en el porvenir. Las adhesiones a esta, que se volvería con los años alegría comunitaria, se fortalecieron lenta, pausadamente (…) estabilizado el Frente Nacional en el gobierno, participamos en este. Primero, como ministro del Trabajo. Me trasladaron al ministerio de Agricultura para defender la Reforma Agraria con su contenido ampliamente social. Estando en esa labor tan exigente, recibí la visita de mis contertulios habituales en mis visitas a Armenia. Mercedes Uribe de Velásquez, Pastorita Botero de Botero, Raquel Mejía Botero, Darío Leiva Troncoso (…)[2]”.
Un grupo eximio de dirigentes cívicos con la colaboración del alto gobierno, que dio vía libre a la creación por ordenanza del concejo municipal de Armenia número 23 del 14 de octubre de 1960, de nuestra orgullosa alma mater, entre ellos, además de los ya mencionados: Euclides Jaramillo Arango, Aristóbulo Orrego Duque, Margoth Gómez de Gómez, monseñor Neftalí Duque Aristizábal.
Merceditas se distinguió por su decisiva actividad en las diferentes campañas sociales que hicieron fama en la creación de diversas instituciones en nuestro suelo el siglo pasado, entre otras, la consecución de recursos para la construcción de la catedral, las ayudas a los más necesitados, la creación del departamento y muchas empresas cívicas, donde las damas eran las capitanas de la solidaridad y el emprendimiento.
Debe destacarse su compromiso con la iglesia y, en particular, con la creación de la diócesis local: “Para 1952 con el impulso de los sacerdotes y el apoyo de las mujeres más cívicas de la región: Emilia Jaramillo de Jaramillo, Mercedes González de Gutiérrez, Mercedes Uribe de Velásquez, y Mercedes Ángel, se crea la Diócesis de Armenia, esto contribuyó de manera significativa a alimentar la necesidad del departamento y a desactivar la violencia que se vivía, sobre todo, en las zonas rurales (…)[3]” .
Solidaria con los seres humanos más pobres, ayudó constantemente en los programas de beneficio para atender sus necesidades; eran usuales las veladas, las empanadas y otras actividades que recogían fondos para obras sociales; entre esas obras es dable mencionar las visitas a las cárceles para llevar regalos y viandas, la protección de la niñez en estado de indefensión y el sostenimiento del hogar de la joven.
Donó un lote de su finca en El Caimo para la construcción de una escuela en la vereda La Pradera que desde hace años presta un servicio a los niños del sector; la existencia y el servicio de la escuela con el tiempo, ha sido una preocupación de la familia de Merceditas, en especial su hijo Luis Velásquez Uribe, le ha pedido a la secretaría de Educación de Armenia, mantener abierta la bella escuelita, aún en servicio, gracias al genuino interés de la familia.
Fervorosa activista en la vida política y social hizo causa en la creación del departamento del Quindío y su presencia y colaboración fue importante en la consecución de este gran propósito. Recuérdese que, a la par con el ajetreo legislativo de los parlamentarios, el trabajo intenso del comité en Bogotá presidido por el escritor y jurista Horacio Gómez Aristizábal, con Humberto Cuartas Giraldo, Alberto Bermúdez y Bedmar Vásquez, muchos ciudadanos en Armenia y los municipios, apoyaron decididamente el gran movimiento cívico, entre ellos la figura de Merceditas, entusiasta colaboradora de la causa independentista.
Damas educadas en la fe religiosa, así actuaron la mayoría en el siglo pasado, colaboradoras de la iglesia, de la construcción de la catedral y de las vocaciones sacerdotales; Merceditas ayudó con entusiasmo a las parroquias más pobres con los sagrarios y fue notoria su devoción por la Virgen Negra, su piedad la llevó a construir monumentos como el situado en la vía a La Línea o en el sector de Barbas; así mismo, construyó varias iglesias, entre ellas una situada en Puerto López -Meta- y en otras ciudades, Era bien conocido su fervor por la Virgen de las Mercedes.
En 1962 recibió la medalla al mérito cívico por parte de la Sociedad de Mejoras Públicas; el municipio de Armenia y varias instituciones destacaron sus méritos y sus obras sociales.
Merceditas Uribe de Velásquez fue una madre excelente, que levantó una bella y laboriosa familia, una familia numerosa que ha servido bien al país desde sus tareas económicas y sociales, pero además descolló por su invaluable aporte cívico a la sociedad de su tiempo; no había obra social en la cual no participaba con entusiasmo y entrega personal; y tuvo tiempo de conocer el mundo entero y aplicar sus conocimientos y experiencia en la tierra que tanto amó.
Con sus nietas María Mercedes Cárdenas Velásquez, María Helena Arias Velásquez y María Paulina Uribe, hemos caminado por los senderos existenciales de su abuela, una mujer extraordinaria, ejecutiva, valiente y servicial que vivió en función del servicio y la fe; una dama que sintetiza el papel fundamental de las mujeres, en un largo periodo de nuestra historia. No puedo menos que expresar mi emoción personal que se confunde con el agradecimiento de toda la sociedad, por la vida y obra de una mujer pletórica de méritos y realizaciones. Ejemplo significativo para las nuevas generaciones.
Gabriel Echeverri González.
Academia de Historia del Quindío –
Académico de Número.
[1] Echeverri
González, Gabriel. Agosto 2021. Pinceladas. Ensayo Biográfico. Vol. 2. Centro de Publicaciones Universidad
del Quindío. 262 páginas. Semblanza de Julián Velásquez Jaramillo, página 155
ss.
[2] Morales Benítez, Otto. 2000. Historia de la Universidad del Quindío y otros escritos académicos. Centro de Publicaciones UQ. 277 páginas.
[3]
López Rudas, Erika Andreina.
2018. La incorporación de las mujeres quindianas al espacio cultural visto
desde la revista Númen. 1930-1970. Universidad Tecnológica de Pereira, tesis de
Maestría.
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