Quindío 54 años

 

 Con motivo de la conmemoración de los 54 años de la Inauguración del departamento del Quindío, el 1 de julio de 1966, cuando tuvo lugar la posesión del primero Gobernador Ancízar López, resulta oportuno rememorar circunstancias del contexto jurídico – político del país cuando ocurrió tan importante desarrollo —bien diferente del de ahora —, para poder entender algunos hechos insólitos que sucedieron bajo su abrigo.


En efecto, para retomar el hilo perdido del Estado de Derecho extraviado en la década anterior, los partidos tradicionales enfrentados en cruel y condenable lucha fratricida, acordaron, a través de la Junta Militar de Gobierno designada por el General Rojas Pinilla, convocar al pueblo colombiano a un plebiscito el 1° de diciembre de 1957, con el fin de darle cumplimiento a los acuerdos de Benidorm y Sitges, celebrados entre los jefes de los dos partidos Alberto Lleras y Laureano Gómez. En tal ocasión se restauró la suspendida Constitución de 1886 con las reformas permanentes efectuadas hasta 1947, dejando por fuera las efectuadas por la Asamblea Nacional Constituyente convocada a partir del 9 de diciembre de 1952; se instauró la paridad en los cargos públicos tanto de nombramiento como de elección popular, hasta el punto de que en todas las circunscripciones electorales se elegiría un número par de miembros, y cuando quiera que el número de integrantes fuere impar, se aumentaría en un puesto, con el único propósito de cumplir con la paridad; se confirmó asimismo el derecho al voto femenino y se destinó el 10 por ciento del presupuesto a la educación, entre otras importantes disposiciones.

 

Más tarde surgiría el pacto constitucional que introdujo la alternación de los partidos en la presidencia de la república, como contraprestación por la aceptación de la candidatura liberal de Alberto Lleras Camargo, pues si la repartición de los cargos públicos era la paridad en el espacio, la alternación en la presidencia era la paridad en el tiempo, según la afortunada expresión del Maestro Darío Echandía.

 

Empezaba así la era del Frente Nacional que, si bien apaciguó la lucha interpartidista entre los adversarios tradicionales, perpetuó, sin embargo, la exclusión de sectores importantes de la opinión ciudadana que continuaron sin acceso al derecho de ejercer la oposición política y a la representación en los órganos de elección popular y en otras instancias del poder, fundamentos esenciales de la democracia moderna. Pues se pensaba entonces que únicamente los conservadores y liberales tenían capacidad de perturbar la paz en Colombia. En ese ambiente se creó el caldo de cultivo donde se desarrolló el virus destructor de esa otra pandemia sin fin que, con el nombre de La Violencia, aún se enseñorea en la geografía de la Patria.

 

Ese panorama de general aceptación ciudadana dio lugar a la existencia de curiosidades como la del que el nombramiento del primer gobernador del Quindío fuera el fruto del acuerdo entre el presidente Valencia cuyo periodo terminaba en escasos 37 días calendario y el presidente Lleras Restrepo que debía posesionarse el 7 de agosto siguiente, pese a la autonomía con que aquél manejaba su fuero presidencial.

 

También se recuerda que, debido a la pacificación ejercida por los diferentes gobiernos, muchos municipios o localidades resultaron homogéneamente liberales o conservadores, circunstancia que hacía imposible cumplir el mandato constitucional de la paridad en los cargos públicos con sus propios habitantes, razón por la cual, cuando la Asamblea departamental del Quindío creó los municipio de Buenavista y Córdoba, el primero conservador y el segundo liberal, para la conformación de sus concejos municipales y para los nombramientos del ejecutivo hubo de ser trasteados grupos de ciudadanos de un municipio a otro para que la democracia electoral pudiese funcionar efectivamente. El mismo Tribunal Superior de Armenia, con el fin de observar la paridad en los cargos de la rama judicial, debió invitar a prestantes abogados pertenecientes al Partido Conservador de Manizales para integrar la judicatura en nuestro Distrito Judicial, ante la insuficiencia de afiliados de ese partido.

 

Esas eran las circunstancias políticas y normativas en los albores de la vida del nuevo departamento, iniciada con la posesión de su primer Gobernador que contó con la presencia afortunada del Gobernador de Caldas, el General Armando Vanegas Maldonado, como significativo mensaje de que cualquier leve herida producida durante los debates de la segregación quedaría restañada.

 

Bogotá 15 de julio del año de la cuarentena.


Oscar Jiménez Leal


Artículo publicado en el periódico El Quindiano 

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