La Casa de los Abuelos de Filandia

Roberto Restrepo Ramírez, miembro de la Academia de
Historia del Quindío.

Artículo publicado por el Diario La Patria el 8 de mayo de 2019

Hoy en día se debate el esquema de turismo que se viene dando en nuestro país. Vemos pueblos enteros como Salento que son puestos al servicio del turismo, desquiciando un tejido social original cambiándolo por un afán de lucro voraz. La pregunta básica es: ¿Los pueblos son para sus habitantes, o estos pueden ser vendidos con la única finalidad de atender esa demanda turística?

Dudo que la ruta sea esa, y me llamó la atención que precisamente en Filandia, el pueblo que va a seguir los pasos nefastos de Salento, surja una propuesta museológica y turística que pone a salvo el alma de este bello pueblo.

Roberto Restrepo y su esposa Blanca Fanny Rincón sostienen hace 14 años una casa que ellos llaman de los abuelos, donde recogen un sinnúmero de objetos con la condición que hubieran sido propiedad de un filandense. Está ubicada a dos cuadras de la Plaza Bolívar, en una casa, la cual, en otra época, con el diciente nombre de “Concha de Venus”, fue burdel. Restrepo, antropólogo las 24 horas, destacó las inscripciones que esas muchachas dejaban en las paredes, guardando un testimonio de una historia pequeña que usualmente no hace parte de una muestra museológica. En el primer salón se encuentran máquinas de escribir, de fotografía, tocadiscos, revistas viejas todas recolectadas en Filandia.


Subiendo una estrecha escalera, la misma que usaban aquellas damas para llegar a los cubículos y ejercer su oficio, se llega a la sala donde Roberto expone parte del trabajo de su parienta la pintora primitivista Olga de Chica, aquella artista que captó en sus lienzos la cultura cafetera 25 años antes de surgir la declaratoria de la UNESCO.

En otra sala, en una vieja vitrina se encuentra el carriel con su contenido de José Valencia, uno de los famosos arrieros que tuvo Filandia, y el catre de este andariego, conservando no solo la memoria de este hombre, sino la de todo este gremio que la leyenda empezó a desdibujar. Anzuelos, camándula, barbera, libretas, y un sinnúmero de objetos pueden ser admirados, inventariados con rigurosidad antropológica. Esta colección incluye restos de andenes con grabados; bellos muebles tallados en comino crespo por el máximo ebanista de Filandia Arcadio Arias; láminas de santos; pocillos y cafeteras; herramientas de todo tipo y puertas le trasmiten al visitante una experiencia única. Es una ventana al pasado, donde cada pieza todavía guarda una historia personal y humana, que nos da una imagen cálida de ese interesante pueblo. 

Este ejemplo es inspirador y digno de imitación. En casas como esa nuestros pueblos podrían depositar los objetos históricos ligados a su pasado y así preservarlos para que otras generaciones y turistas los puedan admirar. Roberto Restrepo explica que esta colección está en función de Filandia, que lo hace por su gente y su historia, y no está concebida como atracción para turistas. En este protomuseo Roberto logra una armonía entre historia como tal y memoria, término tan en boga en estos días. Su bajo costo operativo y su liberación de las cargas conceptuales de un museo que requieren de curadores, bodega, investigación y etc., son un bello y oportuno ejemplo que nuestros gestores culturales y políticos debería estudiar y así sacar adelante esas casas paternas locales que nos ayudarían a que no perdamos el rastro que nos une con nuestros ancestros.


Roberto es original y honesto, un hombre con gusto y sentido común ajeno a la impostura, así como se observa con el grotesco arrume de basura que se reunió a nombre del alcalde Cardona en los bajos del Monumento a los Colonizadores con el rimbombante nombre de Museo del Café, constituyendo un fraude de etiqueta, único en la historia de la culta Manizales.

Se podría decir que el antropólogo Roberto Restrepo logró una magnífica y convincente instalación, como no he visto en ningún museo de arte. Roberto montó un antimuseo, y a la vez el museo del futuro.

Pedro Felipe Hoyos Körbel

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1 Comentarios

  1. Tengo varias preguntas ¿El señor Roberto Restrepo mantiene allí en el museo? ¿Él mismo cuenta la historia de todos los objetos? Me interesa mucho su trabajo. De antemano, muchas gracias.

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