Seguir nutriendo centros de historia, entre los objetivos de la AHQ


La Academia de Historia del Quindío reproduce la entrevista que el diario La Crónica del Quindío le hizo a Gabriel Echeverri González, vicepresidente de la institución, publicada el 22 de abril de 2018 bajo el título Seguir nutriendo los centros de historia, entre los objetivos de la AHQ.

Por Lily Dayana Restrepo.


¿Cuál fue el objetivo de la creación de la Academia de Historia del Quindío?
Un grupo de quindianos encabezados por el doctor Alfonso Valencia Zapata, Jesús Arango Cano, Hugo Palacio Mejía, Alberto Gómez Ceballos, Bernardo Ramírez Granada y yo consideramos, en 1980, que era importante que en el Quindío existiera un centro que recogiera el trabajo de archivo y el de investigación histórico y que proyectara eso para vincular a la ciudadanía en el proceso histórico.

La academia ha trabajado en esa dirección, los primeros tiempos fueron difíciles porque muchos integrantes vivían en Bogotá, pero tuvimos una permanencia gracias a la procedencia de Alfonso, que ha sido uno de los baluartes más importantes de la historia quindiana con su libro Quindío histórico.

Con el terremoto se perdió la sede y la biblioteca, volvió a renacer y hoy en día es una institución de gran nivel académico, que ha publicado seis libros y ya está preparando el séptimo número.
   
Del trasegar de casi 40 años, ¿cuáles son los datos históricos más representativos que ha logrado rescatar?
Lo que nos queda del minucioso trabajo realizado está condensado en los libros publicados, ensayos que hablan del origen del Quindío desde el punto de vista antropológico, las poblaciones indígenas, sobre la fundación, entre otros, dan cuentan de los temas básicos de la historia, todos encaminados a develar el pasado de la región.

Hace poco la junta directiva tuvo un cambio, ¿cómo quedó conformada?
La nueva junta quedó conformada así: presidente, Fernando Jaramillo Botero; secretario general, Hernán Medina Franco; María Eugenia Beltrán, fiscal; Armando Rodríguez, editor de comunicaciones y yo, vicepresidente. Cada uno de los integrantes tiene una hoja de vida impecable, que fortalece la academia, además era bueno para ella que llegaran personas diferentes y jóvenes porque dan un nuevo aire al grupo.

¿Qué objetivos se han trazado para esta nueva etapa?
Continuar con los objetivos que ya tenemos, fortalecer los centros de historia, continuar enriqueciéndolos con más presencia, conferencias. Queremos también dar apoyo al trabajo de los académicos, más ensayo y tratar de que estos estén orientados a temas que no hemos cubierto.  Más presencia con la comunidad.

Tenemos otro proyecto, que gracias al presidente y su vinculación a la universidad del Quindío, hay un ofrecimiento para tener una oficina en la biblioteca de la institución y vincular, aún no sé cómo, a los docentes historiadores, un aspecto que no habíamos manejado, pero que se presenta como una nueva etapa más dinámica, sin demeritar la etapa anterior y todos los honores para el doctor Lopera y su entusiasmo.
   
A propósito de Jaime Lopera, ¿por qué renunció a la presidencia de la academia?
Él se quiso retirar, desde hace mucho tiempo quería hacerlo y hasta que, por fin, por las circunstancias que adujo.

¿En qué va el trabajo de la academia sobre el Tesoro Quimbaya?
La Corte Constitucional ya emitió una sentencia, que es pedirle al gobierno de Colombia que recupere el tesoro Quimbaya. Está en un punto en el cual, toda acción popular exige un elemento denominado comité de verificación de la acción popular. En eso anda. La Academia de Historia del Quindío tiene un miembro en ese comité y es el doctor Lopera, están en sesiones y trabajando en ello. Esperamos que el comité agilice porque va a terminar el periodo de gobierno actual. 

Como estudioso de la historia, ¿cómo ve la enseñanza y el conocimiento de los quindianos en el tema del pasado del departamento?
Flojo. Pero era más flojo antes, yo creo que la academia ha servido para el proceso de la pedagogía histórica, porque a través de los libros que tenemos y los académicos que datan registros importantes sobre los hechos que acontecieron y lo que tenemos hoy, se ha aportado a ese conocimiento. Es trascendental que las personas se interesen por estos textos, porque quien no conoce la historia está condenado a repetirla.

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