Editorial del diario La Crónica del Quindío en su edición del 28 de enero de 2016
Un gran debate habrá hoy en la Corte
Constitucional, que involucra una parte importante del patrimonio material e
histórico del departamento del Quindío, el Tesoro de los Quimbayas.
El debate centra su atención en si el tesoro salió legal o ilegalmente del país, o mejor, si
se quedó legal o ilegalmente en España. Esas 122 piezas de oro que salieron de
dos tumbas indígenas en el Quindío partieron para España en 1892 para
participar en la exposición del IV Centenario del Descubrimiento de América,
pero el presidente de la época Carlos Holguín Mallarino decidió ‘regalárselo’ a
la corona española a través de la reina regente María Cristina de Habsburgo.
La discusión ahora es que el señor presidente
Holguín no tenía permiso del Congreso de la República para regalarlo, y, por
tanto, ese fue un acto ilegal, pues las piezas fueron compradas con dinero
público, lo que las convirtió, por partida doble, en un patrimonio de la
nación. En este sentido, las piezas se quedaron ilegalmente en España, por lo
que deben regresar a su lugar de origen, Colombia, y más concretamente al
departamento del Quindío.
Los abogados que defienden la posición del regreso
de las piezas plantean que hay dos mecanismos existentes para alcanzar la
restitución de bienes culturales que han salido ilícitamente de un
país de origen. Uno de ellos es el diplomático, Colombia los ha
ejercido.
Hubo dos presidentes que han solicitado
la restitución de la colección: Belisario Betancourt y Ernesto Samper, pero
nunca se supo qué respondió el Estado español. También la Academia de
Historia del Quindío ha ejercido este mecanismo, con buenos oficios y buenas
maneras, pero tampoco se sabe la respuesta de los ibéricos, lo que supone una negativa
por parte de ese gobierno. Es decir, por esta vía, hasta la fecha, se ha
fracasado.
El segundo mecanismo busca la vía de la
declaratoria judicial de la ilegalidad de esa transferencia. En este sentido,
ya se han hecho dos declaraciones por parte de la justicia colombiana,
argumentando que la transferencia de la colección fue ilegal,
anticonstitucional, violatoria de la ley, una ligereza del expresidente Holguín
en el año de 1892.
Una de esas declaraciones radica en una primera
sentencia del Juez 23 Administrativo de Bogotá, quien
dijo que la transferencia fue inconstitucional. Argumentó que hubo una
violación a normas específicas de la Constitución Política colombiana de 1886 y
que se ratificaron en la Constitución de 1991. Para entregar esa colección, el
entonces presidente Holguín debía tener dos autorizaciones del Congreso de la
República: la primera una orden para enajenar bienes nacionales, y la segunda
para celebrar convenios con otros Estados. Ninguna de las dos se cumplió en
aquel tiempo.
Hubo un segundo fallo judicial, más complejo, por
parte del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, el cual dice que revoca la
sentencia del Juez 23 Administrativo, argumentando que la acción popular no es
el medio idóneo para que se declare la ilegalidad de esa transferencia. Pero al
tiempo, este tribunal dijo algo muy importante: que efectivamente en ese
‘regalo’ hubo una violación a la Constitución.
Finalmente, hace cuatro años, el caso llegó a la
Corte Constitucional, donde se debate hoy, en audiencia pública para escuchar
los diferentes conceptos.
La Corte debe decidir dos cosas: si el regalo fue
ilegal, como alegan los abogados y la Academia de Historia del Quindío, que ha
sido adalid en este pleito; y si lo considera ilegal, debe obligar al
Estado colombiano a hacer la reclamación de la repatriación amparado en las
normas internacionales pertinentes.
Lo justo es que España no puede seguir alegando ser
tenedor de nuestro Tesoro de los Quimbayas a justo título de unos bienes que se
derivan de una transferencia ilegal. Esos bienes deben estar en el entorno de
donde salieron, el Quindío, como parte de un conjunto de identidades de una
cultura muy rica en el trabajo de orfebrería.
Esos bienes debería integrar el Parque Museo del
Oro Quimbaya de Armenia, ya que es de esta región, además de que se reivindique
esa cultura extinta, que se recupere su legado y que se hagan estudios e
investigaciones sobre lo que fue su existencia en nuestro territorio.
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