A finales
del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX se construyeron en Colombia
obras de ingeniería de gran importancia. Tales fueron, entre otras, el Puente
de Occidente, sobre el río Cauca en Santafé de Antioquia, el Tunel de la
Quiebra para el ferrocarril entre Medellín y Puerto Berrío, el Ferrocarril del
Pacífico, el Ferrocarril de Caldas.
La más
grande obra proyectada fué, sin duda, el Ferrocarril Armenia Ibagué. Se
consideró vital para el desarrollo del país y aún para la seguridad nacional.
Su construcción se inició durante la presidencia del Señor Miguel Abadía Méndez
(1926 - 1930). Una parte importante de los 20 millones de dólares, que los
Estados Unidos entregaron a Colombia como indemnización por el raponazo de
Panamá, se gastó en las obras que se alcanzaron a construir desde entonces
hasta 1948, año en el cual, el gobierno de Mariano Ospina Pérez, por múltiples
razones, todas ellas insuficientes, suspendió de manera definitiva la
construcción. Entonces la línea había avanzado desde Armenia hasta Boquía y
desde Ibagué hacia Cajamarca, varios kilómetros.
En el
territorio del Quindío las obras construidas fueron todas costosas por su
diseño y por la calidad de los materiales empleados: túneles, muros y
especialmente el puente sobre la quebrada Boquía a un kilómetro del caserío. Es
este puente, una estructura de cuatro arcos, con alineamiento en curva y con
altura aproximada de 12 metros sobre el lecho de la quebrada. Fué construido,
según se dice, por mamposteros asturianos, hábiles y meticulosos a tal punto
que lavaban las piedras, para la mampostería, con cepillos especiales, antes de
colocarlas en su sitio.
Por su
diseño estructural y arquitectónico es una obra de ingeniería que podría
considerarse como Monumento Nacional. Los salentinos estamos en mora de
rescatar esta maravillosa obra, conservando su nombre El Puente de
Boquía, sus vías de acceso y la llamada explanada del ferrocarril o
estación de Boquía, para un sitio turístico especial.
Ya el
proyecto inicial del ferrocarril murió definitivamente. Pero cabe preguntarnos:
¿Cómo habría sido el desarrollo de Salento y el de Boquía si se hubiera
realizado?. ¿Qué grandes beneficios hubiera traído para el país si la miopía y
la ambición de los ineptos no los hubiera frenado?.
Un
homenaje debemos hacer a la memoria de muchos hijos de Salento que allí
trabajaron. En especial a dos ciudadanos que sin haber nacido en Salento,
fueron hijos adoptivos de esta tierra: Don Efraín Sáchez y Don Reyilnaldo
Villada ("Mi Rey") Topógrafos muy competentes, ciudadanos ejemplares
y maravillosos amigos.
Por: Hernán
Martinez Rincón (Tomado de Arrierías Salentinas. Edición No. 2.)
Nota:
Arrierías Salentinas fue una publicación de cuatro hojas que hace algunos años
circuló de forma esporádica impresa en papel tamaño carta. Era una publicación
patrocinada por Jorge Enrique Árias Ocampo (q.e.p.d.) quién fuera miembro de la
Academia de Historia del Quindío y secretario de la misma por varios años. Arrierías
Salentinas se dedicaba a publicar historias de Salento, a recordar personajes y
a proponer proyectos de desarrollo para el municipio.
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