Escultura a Braulio Botero. Cementerio Libre de Circasia |
De las
montañas quindianas pasamos a las colinas verdiazuladas identificando el
municipio de Circasia que es uno de los mayores productores del grano en el
Quindío gracias a su privilegiada ubicación y al clima de la región, el café
cultivado a 1800 msnm tiene una maduración más lenta y obtiene mejor calidad
que los cafetales a libre exposición sin sombra que llegaron a alcanzar los 10.000
árboles por hectárea, esas concentraciones tan exageradas buscando grandes
producciones hizo que los precios bajaran en épocas de grandes cosechas y que
los abonos e insumos fuesen necesarios para evitar el deterioro de la planta y
lograr unas buenas florescencias.
En este
municipio la caficultura se diversifica con la ganadería de leche donde se
destaca la raza Holstein y algunos frutales de tierra fría como la mora o el
tomate de árbol, igualmente el plátano y el banano se ven en muchas de las
fincas cafeteras, es de anotar que los predios en el Quindío por lo general son
pequeñas extensiones de tierra llamados minifundios desde el primer momento, en
razón a que los colonos cultivaban una pequeña porción de tierra y luego el
estado se las adjudicaba teniendo en cuenta que eran terrenos baldíos de la
nación y en el proceso de Colonización Antioqueña a través de varias leyes, el gobierno
nacional estableció que se entregaba a los campesinos el área que pudiesen
cultivar y algunas hectáreas más por cada hijo que tuviese, esta normatividad convirtió
a la región del Eje Cafetero en una zona de pequeños propietarios que lograban
subsistir trabajando directamente la tierra y en ocasiones ayudando en mingas o
convites a sus vecinos.
Fundado en agosto
de 1884 se desarrolla muy rápidamente en razón a su cercanía con Pereira y a la
influencia de algunos alemanes que se establecieron en el recién fundado
municipio, algunas fábricas de café tostado y molido, chocolates y cervezas fueron creadas en sus
inicios y posteriormente desaparecen debido al auge y crecimiento de Armenia
que adquiere un liderazgo regional después de
la Guerra de los Mil Días; la caficultura inicia su expansión después de
1920 cuando los colonos deciden dejar de sembrar tabaco por los altos impuestos
que cobraba Manizales, ya capital de Caldas que había agrupado a estos
municipios y que hasta el 31 de agosto de 1908 pertenecieron al “Gran, Noble, Poderoso
y Soberano Estado del Cauca”; el café era llevado hasta Armenia en recuas de
mulas y bueyes para seguir su tránsito en el ferrocarril del Pacífico hasta
Buenaventura con destino a Europa y a los Estados Unidos donde todos los días
crecía el consumo de café.
Las mulas
son hijas de un caballo y una burra o de un burro y una yegua, siendo estas últimas
de mejor calidad para el trabajo por su habilidad para caminar en las trochas y
su agilidad en los caminos difíciles de las montañas quindianas, el buey es más
manso y era el preferido de algunos arrieros por su nobleza, resistencia y
mayores jornadas de camino. El arriero sin documentos firmados ni seguros por
la mercancía fue fundamental en el desarrollo del Eje Cafetero al transportar por
largas jornadas con honestidad y compromiso el futuro de los pueblos fundados
por colonos antioqueños que vieron en estas tierras un horizonte promisorio.
La
arquitectura típica de esta colonización aún se destaca en Circasia y es uno de
sus atractivos patrimoniales, igualmente, el Cementerio Libre que hace honor a
la tierra de los hombres libres como lo definiera el patriarca Braulio Botero
Londoño al recibir en su cementerio a quienes el padre Pinzón no permitía el
ingreso al cementerio católico después de su muerte; la hacienda La Libertad
ubicada frente al cementerio conserva como un museo la vida y obra de este
antioqueño quien muy pequeño llegó desde el poblado de La Unión para contribuir
al desarrollo del hoy Paisaje Cultural Cafetero Colombiano.
Fernando Jaramillo Botero
Académico de Número 3 - Academia de Historia del Quindío
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