Me encontré en la vida con… José María Patiño Sanz


Distinguido dirigente cafetero y abogado nacido en Montenegro el 14 de junio de 1913 y fallecido en septiembre de 2017 en Armenia, sus padres Carlos Patiño Franco y Cecilia Sanz Montoya, comerciante ampliamente conocido, quién había emigrado de Abejorral- Antioquia-, en esta unión nacieron nueve hermanos: Delio, Ricardo, Bernardo, Alberto, Débora, Rosalina, Margarita, Berta y José María.

Cursó sus estudios básicos y terminó el bachillerato en el Instituto Montenegro, empezó medicina en la Universidad del Cauca, pero al cabo del tiempo se pasó para Derecho, Ciencias Sociales y Políticas en la misma Universidad, pero el título lo recibió en la Universidad Externado de Colombia, porque el convenio así lo señalaba. El 14 de noviembre de 1938 el Doctor Alfonso Araújo, como presidente de tesis, le informó al señor rector de dicha Universidad Doctor Ricardo Hinestroza Daza, sobre el buen suceso de su monografía sobre “Cuestiones petroleras”, fueron sus examinadores los señores Doctores Carlos A. Torres Pinzón, Luis Felipe Latorre y Juan Lozano y Lozano.

 

La villa del cacique.

Como años antes su familia se había trasladado a la bella Calarcá, regresó con  entusiasmo a litigar pero en 1948 fue nombrado registrador de instrumentos públicos de Calarcá; ese mismo año se casó con la distinguida señora Camila Cano Jaramillo oriunda de dicha ciudad, sus padres Roberto Cano e Inés Jaramillo; en dicho hogar nacieron: Carlos ,ingeniero mecánico de la Universidad Tecnológica  de Hannover- Alemania- ; Fernando especialista en Artes en París; Gustavo Alberto, piloto retirado; María Teresa, experta en idiomas en Suiza; José, abogado de la Universidad Externado de Colombia; además Gaby y Norma ,artes de belleza.

 

La perla del Ruíz.

En 1949 fue nombrado Contralor Departamental de Caldas  por un período de dos años, más tarde Gerente de la Licorera de Caldas y Secretario de Gobierno Departamental, en el gobierno del eximio dirigente, fundador de La Patria de Manizales, Doctor José Restrepo y Restrepo, quien  gobernó  su primera administración entre el 4 de febrero de 1952 y el 23 de junio de 1953 y del 9 de septiembre de 1960 al 16 de septiembre de 1961,  su segunda administración;  Patiño estaba vinculado al sector de la casa Ospina del conservatismo y a su regreso a Calarcá en 1953, continúo brevemente su actividad política y fue concejal de 1958 a 1960.

 

Gerente de Empresas Públicas de Armenia.

En 1960 desempeñó con notoria habilidad y eficiencia la administración de los servicios públicos incluyendo la telefonía; al culminar su misión puso todo su empeño en la Distribuidora de Coltejer y otros productos, en asocio con su hermano Bernardo y Arturo y Benjamín Botero.

 

La Esperanza.

Con los réditos del excelente negocio que habían emprendido compraron una bella finca cafetera en el sector de Río Verde- La Esperanza-, el Doctor José María fue adquiriendo acciones de los otros socios y al final se quedó solo, dando inicio a su brillante carrera de cafetero y dirigente gremial.

 

Comité de Cafeteros del Quindío y Comité Nacional.

Cafetero y entusiasta defensor de la creación del departamento, Patiño Sanz una vez creado el Comité Departamental el 5 de agosto de 1966, hizo parte de la primera junta directiva conformada así: Principales: Arturo Palacio Jaramillo, Guillermo García Sierra, José María Patiño Sanz, Samuel Grisales Grisales, Leonardo Salazar Santacoloma y Héctor Londoño Convers; Suplentes: Hernán Palacio Jaramillo, Juan Zuluaga Herrera, Ricardo Gómez Ospina, Valeriano Arango Londoño, Lisímaco Arcila Giraldo y Jorge Salazar Mesa.

Patiño fue el primer presidente del Comité Departamental y a su vez el primer representante del Quindío ante el Comité Nacional de Cafeteros, cargo que desempeño hasta 1980, después de su magnífica labor gracias a sus excelentes condiciones profesionales, su amor al grano y su refinado conocimiento del gremio. Además, fue representante del Comité Nacional en la Junta Directiva del Banco Cafetero de Colombia y Panamá.

La encomiable y magnífica tarea del Comité de Cafeteros es ampliamente conocida: Acueductos rurales, electrificación, construcción de numerosas escuelas, vías terciarias, ayudas constantes al caficultor, asistencia técnica y mil cosas más que el lector podrá encontrar en el valioso libro del ilustre exdirector ejecutivo del Comité e historiador Oscar Jaramillo García[1], miembro de número de la Academia de Historia del Quindío.

Defensor de la Federación de Cafeteros, de su importancia histórica en la vida agrícola de Colombia, su presencia en el seno de la Junta Directiva significó recia defensa de la vocación cafetera y de la idea de vender el café directamente a los distribuidores y no, como era la usanza, entregar el café a los intermediarios. Orador fulgurante y con excelente estilo erudito, en un discurso en Pasto, señaló:” (…) Si la economía del país no se hubiera montado sobre el esfuerzo y el sacrificio del gremio cafetero; si la industria nacional no se hubiera sustentado financieramente en las divisas cafeteras, con sinigual desprendimiento del pequeño productor; y podría tildarse nuestro clamor de injusta reclamación. Pero la verdad paladina es que los cafeteros han sido los colombianos a quienes se han tratado con la más desconcertante falta de equidad (…)”.

 

Cafetero y lector.

Con el balance de una extraordinaria tarea en beneficio de los caficultores se retiró en 1980, sucedido por el Doctor Milcíades Zuluaga Herrera valioso abogado y cafetero de prestigio; más tarde en 1988, representante de la Federación Nacional de Cafeteros en Italia y por decreto 2679 de 1988, consejero comercial ante el gobierno de Italia, carácter concedido por el gobierno colombiano.

Residente en Armenia desde 1967, se ocupó de los quehaceres agrícolas y a sus vastas lecturas en su valiosa y bien conformada biblioteca, dándole rienda suelta a su afición por la historia- la historia universal, y los temas de la vida nacional- que hacían parte de sus preocupaciones intelectuales; es dable mencionar que no publicó libros, pero dejó numerosos discursos y escritos, en poder de su familia, con el sello de su talento y amplio conocimiento de temas culturales.

 

Condecoraciones.

Por resolución número 4 de 1981, el Comité Nacional de Cafeteros le otorgó la medalla al Mérito Cafetero Manuel Mejía y exaltó su brillante concurso para el estudio y solución de los problemas de la industria cafetera y del gremio cafetero, como dice en algunos de sus apartes, firmada por José Fernando Jaramillo H. Secretario General de la Federación Nacional de Cafeteros.

Recibió una condecoración del colegio de señoritas Goretti de Montenegro, del instituto Montenegro, el municipio de Calarcá y otras entidades e instituciones.

José María Patiño Sanz fue un notable dirigente  defensor de la autonomía de la Federación y un ciudadano de vida diamantina, apegado a su familia y padre amantísimo; amable, de buen humor y alegría desbordante, se le veía caminar erguido por las calles de la ciudad pero lejos de él estaba algún asomo de vanidad, por el contrario exhalaba optimismo y sus maneras cordiales,  hicieron de su vida profesional y personal  ejemplo de gran ciudadano; estudioso, lector voraz y hogareño, dejó un legado de compromiso y de servicio invaluable.

Con Carlos Patiño Cano -su hijo mayor- exploramos los pliegues existenciales de su gran padre, su carrera gremial, su ejercicio profesional y las incidencias fundamentales de un gran colombiano que recogía de niño mangos en el bello parque de Montenegro, hoy venido a menos, y cuyo destino lo llevó a las altas esferas del más importante gremio y al servicio regional.

Un ciudadano a carta cabal servicial y humano, cuya existencia engalanó a los cafeteros, a su descendencia y a la región toda. ¡Fuerte abrazo Chepe!

 

Gabriel Echeverri González

 Académico de Número de la Academia de Historia del Quindío

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Jaramillo García, Oscar. 2016. Apuntes para la historia del Comité departamental de Cafeteros. Imágenes Gráficas. 439 páginas.

 

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