Séis de las 122 piezas del Tesoro Quimbaya, regalado por el gobierno nacional, expuesto en el Museo de América en Madrid (Bernardo Pérez) |
Por: Sally Palomino. El Tesoro de la cultura Quimbaya, un regalo que se ha envenenado fue publicado por el diario El País de España, 24 de enero de 2016.
La Corte Constitucional de Colombia aborda si obliga a su Gobierno a reclamar a España 122 piezas de oro entregadas en 1893 por el presidente Carlos Holguín
La Corte Constitucional de Colombia aborda si obliga a su Gobierno a reclamar a España 122 piezas de oro entregadas en 1893 por el presidente Carlos Holguín
“Tengo la
honra de poner en su conocimiento que hoy he entregado a su majestad la Reina
Regente los objetos de oro que componen la rica colección de antigüedades
quimbayas enviadas por el Gobierno como obsequio a España”. Estas palabras que
el entonces presidente Carlos Holguín pronunció ante el Congreso de Colombia en
1892 pueden poner, más de un siglo después, en un aprieto al actual Ejecutivo
de Juan Manuel Santos. La Corte Constitucional, la mayor instancia del país
sudamericano en este caso, tendrá que decidir a partir de esta semana si
resulta viable la solicitud que plantean varios particulares para que el
Gobierno busque, a través de la Unesco, que 122 piezas de oro de la cultura
quimbaya entregadas a la Corona española en 1893, que se exponen en el Museo de
América de Madrid, sean devueltas a Colombia.
Desde
2006, el abogado Felipe Rincón, junto a otra serie de personas, argumenta que
las piezas fueron regaladas de forma ilegal por Holguín a la reina María
Cristina de Habsburgo-Lorena. En 2009, un juez le dio la razón al abogado, pero
en 2011 un tribunal revocó esa decisión en segunda instancia al considerar que
no existía soporte argumental suficiente para declarar que la entrega se
realizó de forma ilegítima.
Prueba de agradecimiento
La Cancillería
colombiana había apelado asegurando que la colección no fue declarada como un
bien del patrimonio cultural del país, por lo que, a su entender, no fue
entregada de forma ilegítima.
Una de las piezas del Tesoro Quimbaya en el Museo de América en Madrid (Bernardo Pérez) |
Aunque el
asunto parecía cerrado, la insistencia de Rincón lo llevó a interponer un nuevo
recurso que la Corte Constitucional decidió aceptar en 2012 para su estudio.
Cuatro años después, este tribunal desempolva el caso y se prepara para decidir
si la entrega se realizó, como asegura el denunciante, de forma ilegítima,
debido a que el tesoro se compró con dinero del Estado y fue regalado a España
sin pedir permiso al Congreso, la representación del pueblo colombiano.
La
colección, según el repaso histórico de Rincón, fue comprada por el Gobierno a
un guaquero —un buscador de tesoros en sepulturas indígenas— para que se
exhibiese en 1892 en Madrid dentro de las celebraciones del cuarto centenario
del descubrimiento de América. Sin embargo, el abogado sostiene que el
presidente Holguín donó al reino de España las piezas de oro, propias de la
orfebrería prehispánica, como agradecimiento por un laudo arbitral que emitió
la reina en medio de una disputa de límites fronterizos entre Colombia y
Venezuela.
La
discusión no ha resultado sencilla. Por ello, la Corte convocó a las partes —el
Gobierno, el letrado demandante, la Unesco, historiadores y directores de
museos— a una audiencia pública, convocada para el próximo miércoles, en la que
expondrán sus posturas, algo inusual. Tras escuchar los argumentos, los
magistrados deberán tomar una decisión definitiva, que por la complejidad del
pleito podría tardar varios meses.
Si falla a
favor de la tesis del abogado, tendrá que ordenar al Ejecutivo que active la
reclamación de esas piezas por medio del tratado de la Unesco de repatriación
de bienes culturales.
El
Gobierno colombiano, a través de su Ministerio de Cultura, no ha querido hacer
ningún comentario al respecto. En todas las instancias anteriores se opuso a
intentar que las piezas regresen al país. Un portavoz ministerial ha asegurado
a EL PAÍS que se pronunciarán, junto a la Cancillería y el resto de
instituciones relacionadas, después de que se celebre la audiencia.
Sin consultar al Congreso
Rincón
defiende que unas palabras del presidente Holguín resultan claves para
determinar que nunca se preguntó al Congreso sobre la intención de regalar las
piezas de orfebrería y para demostrar que la colección es representativa de lo
que significó la cultura quimbaya en la historia del Quindío, en la región
oeste central del país. La Academia de
Historia de esa zona de Colombia, cuyos representantes asistirán a la
audiencia, ratificará en el estrado judicial que hubo un contrato mediante el
cual el Ejecutivo compró las piezas y estas ingresaron al tesoro nacional,
según declaró a Caracol Radio Jaime
Lopera, presidente de la Academia de Historia del Quindío.
Lopera
escribe en una web dedicada a la cultura quimbaya que se basa en el libroEl tesoro de los quimbayas (Planeta, 2002): “El
tesoro tiene además un significado simbólico. En 1886, Colombia fue la última
nación de América que rehízo sus relaciones diplomáticas con España, después de
las guerras de Independencia. Se sentía la necesidad de un acercamiento
fraterno con la Corona española y, al parecer, el gesto del presidente Holguín
al entregar el tesoro, a manera de liberalidad, pudiera consolidar dichas
amistades”.
Esta es la
segunda polémica a cuenta del patrimonio histórico en que se ven envueltas en los
últimos meses España y Colombia tras el hallazgo a finales del pasado noviembre
del pecio del galeón español San José, hundido
en 1708 con un tesoro a bordo en aguas del Caribe colombiano.
LA
DESAPARICIÓN DE UN MUNDO ORFEBRE
La
cultura quimbaya es famosa por haber dejado como pruebas de su existencia
unas piezas de oro de alta calidad. Habitantes de la zona cafetera de
Colombia, aprovecharon su clima tropical para ser hábiles agricultores,
además de cazadores. Pero fueron sobre todo avanzados en la orfebrería, cuyas
obras servían como ofrenda en las tumbas.
Los
quimbayas supieron combinar cobre y el oro, que no abundaba en su zona, para
crear sus adornos, vasijas y utensilios: la aleación se llamaba tumbaga.
Aunque
existen restos de hace 10.000 años, hacia 1530 estaban organizados en la
federación quimbaya, que tenía su capital en Chinchiná. La federación luchó
duramente contra los conquistadores españoles, que entraron en su territorio
en 1539, incentivados además por la atracción del oro.
Tras las rebeliones de 1542 y 1577,
los quimbayas acabaron definitivamente sometidos y diezmados: si en 1539 eran
unos 20.000, en 1628 no quedaban más de sesenta. Desaparecieron hacia 1700.
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