Guillermo Pineda Zuluaga
Publicado en el Diario del Otún, 03 de octubre de 2013
Es lamentable el desconocimiento que
desde hace tres décadas se ha tenido sobre la historia y la geografía de
nuestro país, no sólo de nuestras raíces ancestrales, sino también del
acontecer de la Colonia y luego de las gestas de la independencia que nos
dieron la libertad, hasta llegar a nuestros días. A las mencionadas materias se
les despojó del puesto privilegiado que tenían antes y se les reemplazó por la
asignatura llamada Ciencias Sociales, que no es sino una mezcolanza de
generalidades insustanciales que no abarcan ni satisfacen el conocimiento que
los estudiantes deben tener. En estas condiciones, ¿cómo se podrá llegar a
valorar y a amar lo que no se conoce?
La historia es como el lazo dorado, que nos une con el pasado y cuyo estudio
lleva primero a conocer y a amar nuestras raíces ancestrales, que en nuestro
caso, vivifican la historia de los quimbayas, tribu que por su organización y
riqueza, se hizo famosa entre las demás tribus del país. Como una muestra de su
hábitat, hablemos de la constitución de su aldea, donde se desarrollaba el
devenir cotidiano de los quimbayas.
Según se narra en el libro Código Quimbaya” del escritor santarrosano Carlos
Garzón, publicado este año, la aldea y en este caso habla de Soitamá, actual
Santa Rosa de Cabal, donde residía Tucurumbí. “El Señor principal de los
quimbayas”, según el conquistador Robledo, tenía su plaza principal ubicada en
la parte central, sitio de encuentro de los aldeanos y de reunión para realizar
sus cultos o para conmemorar fechas especiales que festejaban con cánticos y
bailes.
Allí estaba también la casa del cacique y aun costado se encontraba lo que se
llamaba el ninguchago o templo de los dioses y al lado de éste un bohío
especial para albergar a los huéspedes.
La aldea se construía cerca de un río que llevaba el mismo nombre del cacique,
río Tucurumbí, hoy San Eugenio. Los bohíos diseminados en la aldea, a cierta
distancia unos de otros.
Tras las huellas de los quimbayas, Comfamiliar-Galicia, en el Parque de la
Memoria Indígena, nos muestra exactamente la conformación de la aldea, según la
describe el autor citado.
Por consiguiente, lo anterior demuestra que el concepto de ciudad, (aldea
antiguamente) está ligado a una plaza principal, donde se encuentra la vivienda
del cacique( como casa de gobierno, hoy alcaldía) un templo y un bohío de
hospedaje ( hoy hotel).
Por lo tanto, es bueno resaltar la importancia que para Dosquebradas tiene el
anuncio del Alcalde, de construir La Plaza de Bolívar, que con el CAM conforme
el centro de la ciudad y el núcleo del llamado precisamente Plan Parcial Zona
Centro.
Las Academias de Historia del país deberían unirse, para lanzar una campaña,
con el fin de que el Ministerio de Educación restablezca las cátedras de
Historia y Geografía, e iniciar dicho estudio con el conocimiento de los
antepasados, de los que tenemos mucho que aprender y en nuestro caso de los
quimbayas, que tuvieron un pasado glorioso y que como su nombre lo indica fue:
“Una raza erigida con la fuerza del saber”. Nada se quiere, si no se conoce
antes. Adagio latino.
1 Comentarios
Es muy importante la propuesta de recuperar la catedra de HISTORIA Y GEOGRAFIA que darian un sentido de pertenencia y una filosofia del conocimiento de aquellos que nos antecedieron culturas que eababn su modelo de desarrollo no impactaron el AMBIENTE vivieron de los que le sobraba a la naturaleza fueron ejemplo grandes sabios que no muy afortunadamente fueron invadidos y perdieron su espacio
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